La Graciosa, la nueva isla que forma parte del archipiélago canario es un espacio natural de primera magnitud. Sus playas y acantilados son un poderoso destino turístico que ahora se ve amenazado por la contaminación escupida por el mar y que ensucia sus arenales. Una incisivas protagonizada por cientos de voluntarios ha intentado retirar toda esta basura. En una sola mañana, se han llegado a recoger hasta 40 kilos de residuos.
Los restos encontrados corresponden a todo tipo de productos y su origen es también variado. La campaña de limpieza se mantendrá todo el verano y durará hasta septiembre. Se pretende que estos plásticos no sigan degradándose en este espacia natural protegido y que no se conviertan en microplásticos por efecto de la degradación ambiental.
En los últimos veinte años se han recogido en las playas de La Graciosa unas treinta toneladas de plástico. Su ubicación al norte del archipiélago hace que sea la primera en recibir la contaminación que arrastran las corrientes y las mareas.