El maestro de educación infantil sevillano, pedagogo, cantautor, vocalista del grupo La Catedral Sumergida y productor de artistas Adolfo Langa ha publicado un cuento infantil acerca de la muerte, para tratar de familiarizar a los niños con la pérdida de los seres queridos o cercanos con "una imagen integradora y constructiva" de tal proceso, centrada en "el legado" que dejan quienes desaparecen, "las relaciones intergeneracionales" y la "educación emocional" para afrontar estas situaciones con "esperanza" y la mirada en "el futuro".
En declaraciones a Europa Press, Adolfo Langa ha explicado que en la sociedad española del momento, la muerte sigue siendo "un gran tabú". A tal efecto, ha avisado de que mientras la sociedad "ha superado realidades como la multiculturalidad o los nuevos modelos de familia", lo cierto es que "seguimos mirando a la muerte de perfil" y "sólo hablamos de ella cuando tenemos el nubarrón encima".
Por eso, este "delicioso proyecto literario infantil" titulado 'Tonino, el niño astronauta' parte de la idea de que los niños "no están tan viciados como" los adultos del concepto de la muerte que impera en la sociedad actual, intentando trasladarles la idea de la muerte de un ser querido o cercano de una manera en la que puedan "naturalizar los procesos" mediante "educación emocional".
Y es que aunque "la verdad total (sobre la muerte) es muy difícil para un niño", es posible "trabajar" con ellos desde "la realidad y el consuelo", con la premisa de que la "unidad" de las personas cercanas a quien ha fallecido suscita la "esperanza" de afrontar la pérdida y mirar "al futuro", prestando además especial atención al "legado" que deja la persona que desaparece.
"Todos morimos y lo importante es el legado que se deja", ha enfatizado Adolfo Langa, llamando a intentar "normalizar" el proceso de la muerte "en las mascotas, los abuelos o la televisión", por ejemplo, pues a la hora de trasladar tal realidad a los niños, si bien "la verdad total es muy complicada" de asumir para ellos, "una metáfora mal usada puede ser más peligrosa".
Así, en este cuento con ilustraciones de Carla Gallén y ya presentado en el último Congreso Andaluz de Cuidados Paliativos, Adolfo Langa intenta familiarizar a los niños con "la difícil y a la vez inevitable etapa del desenlace", apostando por "hablar de forma positiva e integradora" de la muerte, conectándola con aspectos como "el tiempo, el legado o las relaciones intergeneracionales".
Se trata, en resumen, de "buscar una imagen integradora, natural y constructiva de la muerte, acercándonos a lo que nos une a todos en ella, sin distinción de religión, creencia o cultura, que no es otra cosa que el legado, el histórico inevitable que deja quien se va a los que nos quedamos, un valioso tesoro que nos hace evolucionar como especie", según ha explicado el autor de este cuento infantil.