Lecciones de la pandemia en Europa: ningún país puede dar ejemplo, el virus ha arrasado a todos
A pesar de que algunos países consiguieron contener al principio los contagios, ahora los tienen desbocados
España ha pasado de ser el peor país en gestionar la pandemia a ejemplo de vacunación
Solo los países asiáticos han cercado al SARS-CoV-2 pero a un altísimo precio
Si algo ha demostrado esta pandemia es que no se puede presumir. Como piezas de dominó, todos los países europeos han ido sucumbiendo al virus. Nadie se ha librado. Aunque lo vaticinaron algunos virólogos cuando la pesadilla apenas había estallado, pocos les creyeron. "No sabemos si será dentro de una semana, de dos meses o de cinco meses. Pero va a llegar a todo el mundo", aseguró el 1 de marzo de 2020 en una entrevista desde Nueva York con NIUS el científico español especializado en la investigación de los virus de la gripe, Adolfo García Sastre.
Entonces, pareció que aquello era un diagnóstico demasiado pesimista. Hoy tenemos la certeza de que de este virus no se escapa nadie, que a todos les llega por igual.
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Alemania: contuvo los contagios, pero ahora están disparados
Pero empecemos por el principio, cuando todavía éramos unos ignorantes sobre la capacidad del SARS-CoV-2 para extender sus tentáculos. En la primera ola, el virus golpeó con fuerza a Italia, España, Reino Unido o Francia, pero el país germano resistió de manera asombrosa. Entonces, se achacó su hazaña a su capacidad de hacer muchas más pruebas diagnósticas que el resto debido a la descentralización de sus laboratorios.
Ha pasado un año y nueves meses y Alemania bate sus propios récords de contagios, con más de 67.000 en un solo día, multiplicando por 10 los registrados en marzo de 2020. Su población está vacunada al 68%. Los pacientes covid ingresados en UCI también superan a los entonces.
Países del Este: reaccionaron rápido pero ahora lideran las muertes
Los países del Este lograron también en un principio que el virus pasase por ellos casi de perfil. Presumían de haber cerrado pronto. "Vieron venir el peligro y tomaron medidas de inmediato", señalaba el 8 de mayo de 2020 Mira Milosevich, investigadora principal del Real Instituto Elcano especializada en el este de Europa. Impusieron un confinamiento severo cuando todavía no tenían ni un solo muerto por covid. No vacilaron tampoco a la hora de cerrar las fronteras. Y en contra de la opinión dominante en esas fechas, impusieron el uso obligatorio de las mascarillas en los espacios públicos.
En la última ola, sin embargo, han registrado las mayores tasas de contagios y de mortalidad del mundo, encabezadas por Bulgaria y Rumania. Este miércoles, Eslovaquia, República Checa o Hurgría han batido records de infecciones.
Reino Unido e Israel: primeros en vacunar, ahora rezagados
Reino Unido fue ejemplo por su capacidad para poner en marcha su campaña de vacunación. Después de recibir los mayores zarpazos del virus, el país británico consiguió bajar los contagios a mínimos la pasada primevera gracias a que priorizó el pinchazo de la primera dosis a cuanta más gente mejor retrasando la segunda.
Poco le duró el éxito. En junio, apenas volvió a abrir, las infecciones se dispararon. Desde entonces, no ha sido capaz de remontar y su incidencia sigue siendo una de las mayores de Europa. Ahora mismo su población vacunada alcanza solo el 74%, lejos del 80% que ha conseguido España.
Muy parecida fue la situación de Israel. Fue un laboratorio para el resto del mundo de lo que le sucedió cuando comenzó a inyectar las vacunas y de lo que vino después.
Si bien lideró las inmunizaciones en todo el mundo (gracias a que pagó mucho más por ellas), consiguiendo bajar los contagios a mínimos, estos han vuelto a subir.
Tras la última ola de septiembre, y después de haber contenido las infecciones durante dos meses -gracias a la tercera dosis de un 80% de la población adulta- los contagios vuelven de nuevo a estar en alza. A día de hoy, un tercio de la población israelí sigue sin estar inmunizada.
Países asiáticos: han contenido los contagios a un altísimo coste
Pero si ha habido una zona del planeta al que todos han puesto los ojos, esa ha sido Asia Oriental. Corea del Sur, Taiwan, Singapur, China. Se dijo de ellos que contaban con una experiencia de pandemias anteriores de la que no disponía el resto del mundo y que por eso habían sido capaz de mantener a raya las infecciones: sabían lo que debían hacer.
Globalmente, en estos países los contagios y las muertes han quedado muy por debajo de las cifras registradas en Europa. Sin embargo, sus circunstancias no son equiparables. Su estrategia de covid cero, de cerrar todo con apenas unos cuantos casos, ha sido impensable en Europa. De hecho, allí también se lo están replanteando ahora.
En el caso de Nueva Zelanda como en el de Australia ha imperado también la política de covid cero. Cerraron sus fronteras a cal y canto desde el principio de la pandemia y han confinado ciudades enteras tras la aparición de casos aislados. Y a pesar de que su vacunación ha empezado muy lentamente, sus números globales nada han tenido que ver con los de Europa.
España: de ser la peor a liderar las vacunaciones
España empezó muy mal la pandemia y sufrió las peores olas. De hecho, durante los primeros meses, llegó a ser el país con más muertos respecto a su población. La Universidad de Cambridge llegó a decir en un estudio de julio de 2020 que era el lugar del mundo donde peor se había gestionado la crisis del coronavirus entre marzo y mayo de ese año.
En la actualidad España es de los países con una menor tasa de incidencia gracias al alto porcentaje de población vacunada. Sin ir más lejos, la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la ha puesto esta semana de ejemplo de vucunación junto a Portugal.
Por el momento, en esta última ola, España contiene las hospitalizaciones y las muertes. Pero con este virus nada es definitivo. Esto es solo una batalla más. La guerra todavía no se ha ganado.