Descuartizó a su novia e incluso pudo cocinar partes del cuerpo en una barbacoa. El caso de Leonardo, conocido ya como es descuartizador de Valdemoro, promete ser uno de los sucesos más dramáticos de los últimos años, proclives por otra parte en casos extremadamente violentos e inhumanos. El perfil que hoy se conoce de Leonardo, con solo 27 años, provoca pavor, pero nadie sospechó, como casi siempre nada de él, ni siquiera sus exparejas.
El viernes saltó a la luz un asesinato que ya entonces pareció extremadamente violento, como si algo macabro se escondiera detrás. No es normal encontrar a un joven sujetando un cráneo ensangrentado junto a partes de un cuerpo descuartizado. La historia de Leonardo, enviado ya a prisión es la de un hombre obsesionado con la violencia, con brotes esquizofrénicos que no se trataba, admirador de personajes como Hannibal Lecter, y con formas de pensar cercanas al nazismo e incluso al sanatismo. Su gran compañero, como se ve en sus redes sociales era su perro bulldog, pero lo cierto es que el chico tranquilo que un día entró en el gimnasio se convirtió en otra persona.
Más llama la atención que en su atrocidad contar con la ayuda de su pareja, una colombiana de 21 años, aunque esta fuera quien presentara la denuncia ante la Guardia Civil. Ella misma se presentó con las fotos de la joven ensangrentada y avisó a la Guardia Civil. Ahora se encuentra en la cárcel de Alcalá Meco acusada de encubrimiento.
La joven tomó esas dantescas imágenes en un momento en el que el descuartizador estaba despistado y lo hizo para que los agentes la creyeran. Según el citado medio, la chica llegó horrorizada y explicando que su novio había matado a una chica de 18 años y que la estaba descuartizando en ese justo momento. Ella también se encuentra acusada de encubrimiento aunque se defiende señalando que hizo lo que hizo por miedo. Reconoció la joven que ella misma ayudó a descuartizar el cadáver porque si no temió acabar de la misma forma. En las redes sociales de El Carnicero Tatuador, se encontraban mensajes como "Ciega, tortura, mata", "asesino psicópata", "santa ira", "para más dolor, Leo, el carnicero".
La imagen que se encontraron los investigadores al acudir a la casa del presunto asesino fueron dantescas, con un cuerpo desmembrado y el joven cubierto de sangre. En la casa de Leonardo no solo encontraron la escena del crimen, también pudieron comprobar cuáles eran sus aficiones: tenía carteles de Hannibal Lecter, cuchillos, catanas y material para realizar ritos satánicos. El joven tiene ahora un preso de apoyo en la cárcel para evitar su suicidio.