El asesino confeso de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, siempre le dijo a la policía que la profesora zamorana se acercó para preguntarle por un supermercado. La joven lleva solo unos días instalada en la provincia de Huelva, donde la había salido una sustitución en un centro educativo de Nerva.
En ese supermercado de la localidad de El Campillo tienen hasta cuatro cámaras de seguridad, que grabaron a Laura Luelmo. Los fotogramas están incorporados al sumario al que ha tenido acceso el diario Huelva Información. Son las últimas imágenes de la profesora de 26 años con vida.
En ellas se ve como Laura Luelmo entra en el supermercado a las 17:14 h. La profesora compra dos botellas de agua, un paquete de patatas y huevos. Antes de cogerlo todo da varias vueltas por el establecimiento. Conversa con un empelado, que le da los huevos.
La joven se dirige después a la única caja que hay en el supermercado y deja los productos que lleva en la mano. Tiene que esperar una par de minutos a que llegue la empleada a cobrarle. Ya son las 17:18h.
Laura llega a girar la cabeza y mirar a la cámara que tiene más cerca, la que está justo en la caja. Aunque las imágenes no son de muy buena calidad, se aprecia "sin ningún género de dudas" que es Laura.
La profesora lleva puesto un abrigo con capucha, vaqueros y zapatillas deportivas.
A las 17:20 Laura ha pagado, metido sus productos en una bolsa y sale de la tienda. Es la última imagen de ella con vida.
La profesora tenía más de 40 lesiones
Los informes elaborados por el Servicio de Biología del Departamento de Sevilla de Toxicología y el Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil de Madrid, desvelan que Laura Luelmo recibió más de 40 lesiones por todo el cuerpo la mayoría en la cabeza. Dadas las lesiones se estima que la joven pudo ser golpeada por una piedra. Otra de las heridas más llamativas es la fractura de la mandíbula. A juicio de los expertos esta pudo deberse a un golpe "con un palo o una barra metálica".
No obstante, no se ha encontrado rastros de semen en el mismo. Sí que "se detecta ADN masculino en el lavado vaginal" practicado a la fallecida, lo que avalaría la tesis de la agresión sexual.