Con lágrimas en los ojos cuentan el infierno vivido en el Catamarán de O Grove
Diana no puede contener las lágrimas, se queda muda al recordar lo vivido el pasado martes a bordo del catamarán de O Grove, en Pontevedra, cuando pasaba junto a otras dos amigas unos días de vacaciones. Ellas junto a otros 49 pasajeros tuvieron que saltar por la borda, huir de las llamas que les abrasaban la piel, “cuando por una parte venían llamas de todos sitios y justo el patrón dijo tiraros al agua”, dice María Teresa Herrero, una de las amigas, “y gracias a este señor pues que nos cogió nos tiró, que sino allí no habríamos quedado”, cuenta la propia Diana. El salto les dejó hematomas, heridas en el brazo, contusiones, pero la más afectada, la tercera, que está ingresada en un Hospital de La Coruña tratándose de las quemaduras.
Ahora la Policía Judicial de la Guardia Civil investiga las causas de la explosión, aunque todo apunta a que fue culpa del motor del barco, y además lo ha acotado con boyas anticontaminación para que no haya vertidos, “y aparte hemos colocado unos paños absorbentes de hidrocarburos que los estamos recogiendo todos los residuos que quedaron en las piedras y en el agua”, nos cuenta el responsable de Emergencias de Galicia, José Antonio Abreu. Todo para evitar así daños mayores.