La boda de una amiga del colegio de Kate a finales de Junio fue el último sorbo de alcohol de la Duquesa de Cambridge. Bailaron y disfrutaron y, entonces su amiga Alice, aseguró que ella sería la siguiente, en unas palabras que se convertirían en premonitorias.
Kate y Guillermo de Inglaterra pretendían dar la noticia del embarazo cuando se cumplieran las 12 semanas del mismo y este fuera seguro, pero una visita al hospital la semana pasada adelantó el anuncio. Desde entonces, los hasta ahora hábitos saludables de Kate, comenzaron a ser más sanos aún.
Kate ha tenido que renunciar a dos de sus grandes placeres: los dulces Haribo y la pizza. Todo esto lo ha cambiado por una dieta verde, consistente en fruta, verduras y carne orgánica. Como parte fundamental en su alimentación están las coles de Bruselas y verduras fuertes, ricas en ácido fólico, sustancia que favorece una concepción saludable.
El gimnasio y el tennis ha sido sustituido por paseos con su perro Lupo, comprado hace unos meses como parte del plan para aumentar la familia. Además, ha dejado el cigarrillo ocasional y el café del Starbucks, convenientemente cercano a una tienda de ropa pre-mamá.
Estas navidades cambiarán la cena en Sandringham por otra más íntima con los padres de Kate Middleton, quienes se declaran deseosos de tener a su hija con ellos durante las fiestas. Estas puede que sean las últimas navidades, pues la vida de la familia real cambiará por completo cuando se muden y nazca su bebé.