Caso Julen: “Mes y medio después, le puedo decir que tomaríamos las mismas decisiones”
Las labores de rescate que se llevaron a cabo el pasado mes de enero en la finca malagueña de Totalán, han marcado un hito, un antes y un después en la ingeniería en situaciones de emergencia. Este trabajo abre un camino para poder salvar vidas en el futuro ante casos de naturaleza parecidos, ya que se está estudiando la posibilidad para que “pueda ser protocolizado”, asegura el coordinador del rescate de Julen, Ángel García Vidal, en el Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos de Madrid. “Va a ser un camino que vamos a emprender, junto con los organismos que se dedican a ello”.
“Julen es el hijo de todos”
En el vídeo donde se recogen las labores realizadas en los 13 días que duró el operativo de rescate, una frase dicha por el propio ingeniero en una de las ruedas de prensa para informar sobre los avances, queda grabada, “Julen es el hijo de todos”. Asegura que ese sentimiento era el de todos y cada uno de los que allí se encontraban: “me salió porque todos lo teníamos interiorizado. Al no visualizar al niño en ningún momento existía la posibilidad de que estuviera vivió y con esa premisa condicionante se trabajó los 13 días”.
Según aseguró durante la charla, los propios hijos del ingeniero le preguntaban sobre el rescate del niño de dos años: “La verdad es que los vi poco, muy poco durante esos días. Iba todos los días a casa porque estaba cerca del pozo, a unos 10 minutos en coche, pero casi no los vi. Una de las veces que me los crucé, me preguntaron porque en el colegio había mucha expectación. Me preguntaron si lo iba a encontrar y les dije que no nos íbamos de allí sin conseguirlo”
Ángel recuerda los instantes más difíciles que vivió en el cerro de Totalán, aquellos momentos en el que tenía que hablar con los padres de Julen para informarles de los avances que se estaban llevando a cabo: “La parte más dolorosa eran los padres. Había obligación de contarles los trabajos que se estaban realizando, lo entendieran más o menos. Hubo cierta desinformación de que no se utilizaban los medios adecuados o que se iba muy lento. La información real la teníamos nosotros”
Después del triste desenlace “hablé poco con ellos. Tanto ellos como yo, necesitamos tiempo. Se que han hecho declaraciones posteriores agradeciendo la labor, la entrega y el sacrificio, porque ha sido enorme. Lo han entendido perfectamente”
Juicio para esclarecer la muerte del pequeño Julen
El pasado miércoles le tocaba el turno de declaración a Ángel García Vidal, quien a su salida de los juzgados se negaba a hablar sobre el informe presentado por la defensa del dueño de la finca respecto a la piqueta que se utilizó, algo que también ha intentado evitar durante la charla, pese a las preguntas de los medios: “Sobre el procedimiento judicial que se está llevando a cabo del rescate de Julen, no me compete a mi opinar, hay una jueza que lleva el caso y es ella la que tiene que determinar lo que ha sucedido y manifestar sus propias conclusiones. Hay que dejar trabajar a la justicia, nosotros fuimos allí a hacer un trabajo técnico, a hacer una obra de emergencia para rescatar a un niño, y todo lo demás, a los técnicos, no nos compete entrar”.
Valoración de todo el proceso de rescate
A través de las imágenes y vídeos inéditos del rescate presentados en el Colegio de Ingenieros, se puede apreciar la magnitud del trabajo que realizaron más de 300 personas día y noche sin descanso. Allí no existían turnos, los trabajadores no descansaban, únicamente se aseaban para volver a estar al pie del cañón. Jorge Gil Muñoz, uno de los integrantes del equipo de rescate, destacaba que “los operarios que terminaban su jornada y les tocaba descansar, se quedaban para ver cómo evolucionaba y para seguir ayudando. Había gente que les costaba que fuesen a descansar. Los soldadores hacían turnos impresionantes”.
Ángel García explica que “fue un proceso complejo, a la vez rápido, había que tomar decisiones rápidas, se trataba, fundamentalmente, de diseñar un procedimiento constructivo, por métodos de ingeniería civil para llegar, cuando menos, a 71 metros, por debajo de la boca del pozo, que era donde había más posibilidades de encontrar a Julen. Ese diseño del procedimiento constructivo, lo que normalmente se podría tardar en una obra de ingeniería civil, entre estudios previos, proyecto, elección de alternativa y la realización de la propia obra. Podrían ser al menos 5 o 6 meses, lo hicimos en 8 días. Desde el miércoles 15 a la madrugada del jueves 24.
Todo ese procedimiento hubo que hacerlo a la vez, proyectos, ensayos, elección de alternativas y realización de la obra, a la vez. Todo muy rápido, solventando muchos problemas que nos íbamos encontrando y cada vez que encontrábamos un problema, solventarlo”.
¿Con el paso del tiempo y en frío, actuarían igual?
El coordinador de las labores de rescate no lo duda ni un momento cuando se le hace la pregunta: “Sí, actuaríamos igual porque las decisiones siempre hay que valorarlas en el momento en el que se producen, pero además estábamos un equipo técnico amplio con capacidad técnica, solvencia técnica, aparte de ingenieros de caminos también había geólogos, había ingenieros de minas, topógrafos, y las decisiones se meditaban lo suficientemente bien por todos para poder encontrar la mejor en ese momento. Mes y medio después de lo sucedido, le puedo decir que tomaríamos las mismas decisiones, las mismas”.
¿Si hubiesen actuado antes cree que hubiesen encontrado a Julen con vida?
“La decisión del momento que entramos no la tomamos nosotros, sino que fue ordenada por las autoridades, nosotros nos preparamos para entrar y actuar en el momento en el que ellos nos dijeran. Estuvieron con esas labores de aspiración y cuando vieron que no dio ningún resultado, empezamos a trabajar nosotros. Esa decisión realmente no fue nuestra”, responde el ingeniero, quien ahora solo quiere volver a la normalidad de la vida que llevaba antes.
“Debo volver a la realidad del día anterior en el que fuimos a Totalán. Esta experiencia no la voy a olvidar en la vida”.