Gritos de rabia para recibir a Sergio Morate a la entrada de los juzgados
La ira de los familiares se abalanza sobre Sergio Morate. Los agentes frenan a quienes intentan llegar hasta él, los gritos es lo único que no pueden retener y persiguen al presunto asesino hasta la entrada a los juzgados. Una capucha cubre su rostro. Apenas puede ver, pero no hay nada que le impida escuchar las voces que le llaman asesino y que se desgarran al decir que no merece vivir. Dos años después de los crímenes de Marina y Laura, el tiempo no ha apaciguado la rabia. Arranca una semana de juicio que se le atraganta a las hermanas de Laura y que provoca una desesperación en la familia de Marina capaz de ahogar las palabras. Para cuando falla la voz, la entrada a los juzgados se ha llenado de pancartas que expresan el deseo de dos familias que piden a gritos justicia.