Naiara, de ocho años, murió en julio en 2017 tras una presunta brutal paliza de su tío. Hoy, tras dos aplazamientos, comienza el juicio contra Iván P.P., acusado de delitos de violencia física y psíquica habitual sobre la niña. Piden para él prisión permanente revisable. La abuelastra y padrastro de la niña también se sientan en el banquillo.
Ivan P.P. está acusado de maltratar brutalmente a Naiara. Presuntamente y de forma habitual, el acusado, infligía a la niña largas torturas durante horas delante de sus primas, también menores, como permanecer de rodillas sobre ortigas, grava, granos de arroz o sal gruesa, privación del sueño, golpes en todo el cuerpo y la colocación de orejas de burro como humillación. Todo mientras era grabado con el móvil.
Naiara no sobrevivió a una de estas supuestas palizas y murió en el Hospital de Zaragoza en julio de 2017.
Ese día, según los escritos de las acusaciones, Iván P.P. al regresar del trabajo golpeó repetidamente en la cabeza a la niña con los nudillos, le volvió a obligar a ponerse de rodillas sobre grava, le efectuó descargas eléctricas con una raqueta matamoscas, le ató con grilletes, le metió un calcetín en la boca para que no gritara y le golpeó con un cinturón en las plantas de los pies. Presuntamente, ese día, el acusado, presuntamente, cogió fuertemente a la menor del pelo y la golpeó contra el suelo y una mesa hasta que quedó inconsciente.
La defensa argumenta que su cliente "no estaba pasando por un buen momento anímico" y que en los dos últimos meses había sufrido pérdidas de conciencia por una enfermedad neuronal anterior agravada por problemas de "estrés y preocupación". También señala la posibilidad de que el "carácter rebelde" de la víctima hizo que se despertarse en él "una ira incontrolable, un estado de arrebato y obcecación insuperables".
La abuelastra y el padrastro de Naiara también están acusados por presuntamente permitir las palizas. Según la defensa, la primera porque estaba trabajando y el segundo porque estaba en su domicilio con sus otras hijas, participaron en los hechos.
Para Iván P.P las acusaciones piden prisión permanente revisable por un presunto delito de asesinato. Para la abuelastra y el padrastro, tanto el fiscal como la acusación particular, ejercida por el padre de la víctima, piden tres años de prisión por un delito de maltrato habitual.