Máxima seguridad durante la sesión abierta del juicio contra "La Manada"
Por primera vez se abren las puertas de este juicio. Tanta expectación que el aforo en la sala estaba completo. 46 periodistas y 24 ciudadanos, ninguno de ellos familiar de los acusados, viéndole las caras a los miembros de la manada. Quienes han podido acceder lo han hecho entre unas exigentes medidas de seguridad. Testigos únicamente oculares porque móviles, cámaras y grabadoras se han quedado fuera. Se ha trabajado a la vieja usanza. Solo con papel y boli. Material suficiente para los cuatro dibujantes que podrán extraer una imagen de los acusados. Los cinco sentados tras sus abogados. Dicen que el cambio más drástico lo evidencia "el prenda" con cuarenta kilos menos de peso. Todos han acudido vestidos con camisa larga y jersey, queriendo aparentar una buena imagen aunque uno de ellos masticara chicle. Los cinco han permanecido mirando al frente, impasibles al relato del fiscal y compartiendo algunas palabras entre ellos. Los únicos cuchicheos que han sonado en una sesión en la que, entre el público, ha prevalecido el silencio.