Una jueza reconoce una palmada en el culo como abuso sexual y condena a un hombre por ello
Ha condenado al hombre a 18 meses de multa, a razón de seis euros al día
La Fiscalía se opuso a la instrucción del caso y a la consideración del delito
La víctima, una guardia civil en prácticas, recibió coacciones para no denunciar
Tocar a una mujer en el culo es un delito de abuso sexual. Así lo ha reconocido el juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra, que ha condenado por ello a un hombre a 18 meses de multa, a razón de seis euros al día. Esta condena se ha producido pese a que la Fiscalía se opuso en la instrucción y en la propia vista del juicio a esta consideración del delito.
El fallo ha sido firmado por la jueza Julia Monteagudo Limeres, y en él se recoge expresamente que la mujer víctima de la agresión sexual "no prestó su consentimiento al acto de tocamiento de glúteos, lo cual era conocido por él mismo, ya que de hecho se ejecutó encontrándose la denunciante de espaldas".
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Pese a que la sentencia pena la actuación del principal acusado, la defensa de la víctima se muestra disconforme y ya ha pedido una aclaración del fallo judicial, ya que para uno de los testigos que comparecieron en la vista, un guardia civil, pidió que se le dedujese testimonio por "mentir" en su declaración de la vista oral, con imputación por delito de falso testimonio, con apertura de diligencias previas.
Al margen de la condena de multa para el principal acusado, la jueza absuelve al segundo de los varones juzgados, en este caso, por supuestas coacciones y amenazas a la joven después de la agresión, algo con lo que la defensa de la víctima también se muestra disconforme y por eso estudiará recurrir el fallo judicial.
La Fiscalía consideraba que se trató de un "toque fugaz"
Los hechos ocurrieron en un reservado de un pub de Pontevedra en la madrugada del 24 de febrero del 2019, en presencia de 15 hombres de un equipo de fútbol. La defensa trató de demostrar que se trató de una "coacción en grupo" pero la jueza, sin embargo, lo desestimó.
Según relató la denunciante, estaba hablando con unas amigas dentro del local y, cuando fueron a hacerse una foto en grupo, una persona le dio "una palmada en el culo". Durante el juicio, la denunciante relató que después de su reacción ante el tocamiento se originó un "ambiente de burla" hacia ella, por lo que se sintió "humillada y vejada".
La denunciante es guardia civil y en aquella época estaba en prácticas. En un momento de la discusión, alguien le avisó de que se encontraba un teniente coronel en el grupo y, según se recogió en el juicio, la invitaron a irse y a que cejase en su empeño de identificar al que le tocó el culo porque de lo contrario "iba a tener problemas".
La Fiscalía sostuvo que existía un atentado contra la dignidad de la víctima y reprochó la actitud del acusado de abuso sexual y ahora condenado, pero no se sumó a la petición de condena al considerar que se trató de "un toque fugaz".