Marcelo y su hermano Enrique (ambos son pseudónimos por petición expresa de sus padres) viven un municipio al norte de Madrid. En su entorno, los salones de juegos han ido abriendo y cerrando al vaivén de la crisis económica pero en los últimos meses se ve un sensible incremento. El último en hacerlo se inaugurará en breve en una zona comercial de nueva creación con locales de comida rápida y a escasos metros de dos importantes institutos que dan servicio a varios pueblos de la zona.
Esta cercanía se da en un 25 % de los centros de secundaria y FP de la comunidad de Madrid como recientemente informaba El País. La denuncia ha llegado hasta la Asamblea de Madrid donde toda la oposición ha puesto el grito en el cielo denunciando la conjunción de intereses entre el Ejecutivo del PP y los del sector.
El ataque más directo ha venido por parte de los representantes de Podemos que han calificado a la consejera de Economía y Hacienda, Engracia Hidalgo, y al director del Área de Ordenación y Control del Juego, Fernando Prats, como “peligro público”, amenazando con llevar el asunto hasta el Defensor del Pueblo.
Para los socialistas, la situación actual "ha superado con creces una normativa obsoleta que tiene más de 20 años y el sector del juego ha crecido exponencialmente”. Y Ciudadanos, partido que da soporte al Gobierno de Ángel Garrido, denuncia que se puedan abrir casas de apuestas "al lado de centros educativos" o que se pueda acceder a ellas "sin ningún tipo de control".
Acceso de menores
Alejandro Landaluce, presidente de Cejuego, la patronal que representa a las empresas más importantes del sector resta importancia a estas afirmaciones, “las encuestas realizadas a pie de calle a algunos jóvenes no pueden ser un dato a extrapolar a toda la población ni representativa de la misma”
Muy al contrario, asegura que “tanto en el juego online como en el presencial, está prohibida la participación de menores y, en ambos casos, por parte del sector, se ponen todos los esfuerzos requeridos por las autoridades para que sea cero su participación”. Un control que cree reforzado con la “existencia de una policía específica, la brigada del juego (todas las CCAA la tienen por Ley) cuyo fin es vigilar, controlar y expedientar a los locales en caso de infracciones de este tipo”.
Un control que en la comunidad de Madrid supuso la apertura en 2017 de “389 expedientes, de los que solo correspondían a infracciones por menores 23”. Los datos son de la consejería de Economía y las inspecciones las realizaron a partir del mes de marzo efectivos de la Unidad de Cooperación de la Comunidad de la Dirección General de Policía.
A pie de calle la evidencia es distinta, Marcelo afirma con rotundidad que “más de la mitad de mis amigos juega habitualmente y casi todos comenzamos antes de los 18 a hacerlo”. Su círculo conoce bien los locales en los que es fácil entrar y en los que funcionan los controles. No hablan de documentos falsificados sino de permisividad. Incluso llegó a protestar ante los responsables de un local cuando descubrió a su hermano, aún menor de edad, jugando en uno de estas salas.
El Estudio y análisis de los factores de riesgo del trastorno de juego en población clínica española, elaborado por la Dirección General de Ordenación del Juego, corrobora en parte esta afirmación al incluir en el apartado de conclusiones que “cerca del 36 % de los participantes informa de haber iniciado el juego antes de los 18 años”.
La variedad de juegos disponibles en los locales abiertos a tal efecto lleva a muchos usuarios a realizar apuestas no solo en uno de ellos sino que los alternan. En el citado de la Dirección General de Ordenación del Juego se realiza un perfil aproximado de cómo se reparte esta afición y destaca que el juego que escogen mayoritariamente los participantes más jóvenes son las máquinas recreativas con premio (el 63.3 % de la muestra de sujetos entre 18 y 35 años indica jugar a tragaperras), seguidas de las loterías (56.3 %), apuestas por internet (56.3 %), quinielas (51.9 %) y salas de juego (47.5 %).
Son también juegos habituales en este grupo de edad, con porcentajes de elección entre el 30 % y el 40 %, el bingo, las apuestas deportivas por internet, el casino, póquer por internet, loterías instantáneas y cartas con dinero.
Según la psicóloga de APAL, los más jóvenes prefieren las apuestas por Internet y, concretamente las deportivas porque “tienen una falsa sensación de control porque pueden hacer unas previsiones más o menos que se puedan cumplir y parece que con tus conocimientos puedes acertar”, justo lo contrario de lo que les ocurre con las máquinas recreativas con premio que aseguran no “poder controlar el resultado”.
Los especialista que trabajan con personas con problemas de juego también han observado esta evolución creciente de jóvenes afectados por esta dependencia. “Es un problema grande porque cada vez vemos que afecta a más jóvenes y la mayor parte viene por apuestas deportivas o ruletas”, asegura Bayta Díaz Rodríguez, psicóloga de la Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópata (APAL).
Desde su posición privilegiada para estar en contacto con esta realidad, esta psicóloga cree que a estos jóvenes “les mueve el dinero fácil” y les impresiona que personajes famosos a los que admiran sean quienes les machaquen con los aspectos positivos y de ganancias fáciles que rodean al mundo del juego y las apuestas. Asegura que la "publicidad normaliza" lo que debería estar “controlado y regulado”, porque en la mente de estos jóvenes prende la idea de que “Si mi jugador o actor favorito lo hace, por qué no lo voy a hacer yo”.
Regulación de la publicidad del juego
Y es precisamente este el otro caballo de batalla de todos los sectores implicados y afectados por el juego: la publicidad. Porque una gran parte de los usuarios reconocen que la primera vez que se aproximaron a un salón de juego o puestas fue a través de la publicidad.
Este problema también será abordado por los políticos, en este caso por el Congreso de los Diputados. Este jueves, Podemos ha anunciado que llevarán al Pleno de la próxima semana una moción en la que reclama que los anuncios, promoción o patrocinios de esta práctica se restrinja al propio contexto del juego (casinos, bingos o webs de juegos) así como prohibir que en esas campañas participen famosos.
Psicólogos y representantes del sector coinciden en la necesidad de regular la publicidad y también en que no se trata de “prohibir”, pero a partir de aquí comienzan las divergencias.
La especialista de APAL muestra su creencia de que el juego “es una actividad que en principio es legal” y que “muchísima gente juega sin problemas” pero pide que las Administraciones protejan a las personas afectadas o vulnerables. La divergencia con la patronal surge cuando equipara la publicidad del juego con la del alcohol y el tabaco al considerar el juego como una “conducta potencialmente adictiva y dañina y que debería regularse”.
Alejandro Landaluce también está en contra de “prohibir” y reclama una “regulación de la publicidad del juego de azar y apuesta en línea: creemos en una oferta de ocio regulada, más que en la prohibición”, asegura.
Como representante del sector cree que “es importante que exista una regulación que incorpore límites claros y que sean los mismos para todos los actores de la industria, ya sean públicos o privados”. Pero en lo que no está de acuerdo es en igualar la adicción al juego con la que provocan el alcohol o el tabaco.
Control de los madres y padres
Más allá de mejorar los controles de acceso a estos locales y regular la publicidad, la primera trinchera en esta dependencia está siempre en la familia. Bayta Díaz señala tanto a madres como a padres como los primeros que han de conocer qué dinero maneja un hijo y cómo lo gasta. Estar alerta de cualquier indicio que delate gastos por encima de las posibilidades del chaval y dialogar con ellos sobre valores y referentes sociales, “Algunos deportistas comentaristas patrocinan o hablan sobre las apuesta que han hecho con lo cual estamos hablando que el deporte que se basa en el esfuerzo y en el compromiso y la constancia lo estamos convirtiendo en voy a hacerme rico en dos días que es contrario a la disciplina deportiva”.
Con ello refuerza la idea de que “hay que vigilar mucho el tema del dinero porque es importante saber que en las primeras fases antes de desarrolla ludopatía suelen ganar. Gracias a ello es por lo que se enganchan”.
Esta posible adicción se ve favorecida también por la cantidad de promociones y bonos que las salas de juego y apuestas deportivas ponen a disposición especialmente de este público vulnerable.