Estas son algunas de las conclusiones que revela un estudio del Instituto de la Juventud (Injuve) sobre "Jóvenes e Inmigración" para el que 1.436 jóvenes de entre 15 y 29 años respondieron el pasado mes de julio a preguntas sobre sus percepciones y relaciones con inmigrantes.
Según el informe presentado hoy, el 48 por ciento de los jóvenes considera "positiva" la inmigración y el 69 por ciento asegura tener algún inmigrante en su grupo de amigos; la mayoría tampoco muestra inconvenientes a convivir, trabajar o relacionarse con inmigrantes.
No obstante, dos terceras partes de los jóvenes considera que el número de inmigrantes en España es excesivo y que es preciso controlar los flujos migratorios.
Además, preguntados por cómo tratan los jóvenes españoles a los inmigrantes, el 30 por ciento dice que con desconfianza; el 19 por ciento con desprecio y el 16 por ciento con indiferencia.
En la conferencia de prensa de presentación del informe, el director general del Injuve, Gabriel Alconchel, ha explicado que las opiniones más radicales del estudio corresponden a los más jóvenes, de entre 15 y 18 años, mientras que los "jóvenes maduros" tienen opiniones algo más moderadas.
Así, preguntados por la aparición de grupos racistas o xenófobos el 71 por ciento "desaprueba completamente" sus acciones y un 15 por ciento desaprueba pero sólo "hasta cierto punto".
En España, un grupo político de este tipo tendría poca o ninguna aceptación según el 73 por ciento de los encuestados, que en un 80 por ciento no les votarían "en ningún caso".
Un 11 por ciento votaría a un grupo político de ideología racista o xenófoba "sólo si aumenta el asentamiento de inmigrantes", revela el informe.
En términos generales, el 44 por ciento de los jóvenes cree que la inmigración tiene más ventajas que inconvenientes, mientras que el 25 por ciento considera lo contrario.
Entre los "inconvenientes" de la presencia de inmigrantes, el 31 por ciento señala que "quitan puestos de trabajo" y el 23 por ciento que "provocan delincuencia e inseguridad ciudadana; el tercer gran inconveniente según los jóvenes es que "hay demasiados".
Así pues, el 72 por ciento considera que se debe permitir la entrada a España sólo de quienes tengan un contrato de trabajo y sólo el 7 por ciento cree que hay que "hacer difícil la entrada poniendo muchos obstáculos".
No obstante, Alconchel ha subrayado que la mayoría de los jóvenes tiene una percepción errónea sobre la presencia de inmigrantes en España, ya que creen que de cada cien personas que viven en España, 25 son inmigrantes, cuando la proporción real es de 11 por cada cien.
En cuanto al nivel de tolerancia de los jóvenes, Alconchel ha destacado las cifras relativas al tipo de relación que estarían dispuestos a mantener con personas llegadas de otros países.
Así, el 77 por ciento aceptaría sin problemas que su jefe fuera un inmigrante; un 68 por ciento vería bien que su hijo o hija se casara con un inmigrante y un 59 por ciento no tendría problemas para alquilarle un piso a alguien de otro país (aunque un 19 por ciento lo rechazaría y un 17 por ciento trataría de evitarlo).
Vivir en el mismo barrio o edificio, trabajar con inmigrantes o invitar a casa a amigos inmigrantes son situaciones que no plantean ningún problema para más del 80 por ciento de los jóvenes.
El estudio también revela que los inmigrantes de Sudamérica o de África Subsahariana son los que mayor nivel de confianza generan entre los jóvenes españoles, mientras que los rumanos y los magrebíes son los que producen más desconfianza.
A ellos hay que añadir los "musulmanes", "árabes" y "moros" como otros de los grupos que también provocan desconfianza, según los jóvenes.
En cuanto al mundo laboral, el 82 por ciento de los jóvenes considera que los inmigrantes desempeñan trabajos que los españoles no quieren, pero un 51 por ciento cree que "quitan puestos de trabajo a los españoles" (un 45 por ciento afirma que esto no es cierto).
Por otra parte, el 64 por ciento de los jóvenes cree que es "más bien positivo" que la sociedad esté compuesta por personas de origen racial, religión y cultura diferentes, pero sólo un 17 por ciento considera que deberían poder mantener su cultura o religión sin restricciones una vez instalados en España.
El 51 por ciento cree que deberían poder mantener sólo los aspectos no conflictivos con la leyes españolas y un 29 por ciento que "sólo los aspectos que no molesten a los españoles".