A Carl Storer su heroicidad le ha costado la vida. Este joven británico de 21 años no dudó ni un segundo y se lanzó a las aguas del estanque de Chasewater en Burntwood (Reino Unido) para intentar alvar a una niña de 9 años y que estaba a punto de morir ahogada.
La acción de Carl tuvo su recompensa porque colaboró en el rescate de la pequeña pero también pagó un alto precio al morir ahogado. Las autoridades creen que sufrió algún percance y no pudo nadar para ponerse a salvo.
Según informa el diario británico, Mirror, el baño en este estanque ubicado en esta zona boscosa al norte de Birmingham, está prohibido y en los últimos días, ante la ola de calor que ha sufrido el continente, los responsables de su vigilancia lanzaron avisos para evitar que la gente se bañase para hacer más llevaderas las altas temperaturas.
La policía ha comenzado las labores de investigación del suceso para averiguar la causa de la muerte de Carl. Por el testimonio de varios testigos saben que la pequeña rescatada estaba a unos 30 o 40 metros de la orilla cuando empezó a ahogarse. Los agentes tardaron varias horas en poder sacar el cuerpo del joven del fondo del estanque.