Una joven británica de 19 años se enfrenta hasta a un año de cárcel tras ser declarada culpable por mentir al denunciar una violación de un grupo de hasta 12 jóvenes israelíes. Los hechos sucedieron cuando la joven se encontraba de vacaciones en Chipre, según Daily Mail.
Las patólogos han demostrado que la joven sí que sufrió abusos, ya que su cuerpo estaba lleno de contusiones y de marcas que evidenciaban la fuerza que se había cometido contra ella. A pesar de ello, los jueces desestimaron tales pruebas.
La madre de la víctima asegura que su hija sufre un trastorno de estrés postraumático después de su terrible abuso, incluso llegando a tener riesgo de suicidio por el miedo a ser condenada y que no se crean lo sucedido. También ha denunciado que no se tomó declaración a ninguno de los atacantes, y que las marcas que tenía la joven por todo el cuerpo eran "picaduras de medusa".