Jennifer López y Álex Rodríguez desmienten que hayan acabado con su relación

  • La pareja ha estado a punto de casarse dos veces

  • Los rumores de infidelidad llevaron a la diva a establecer reglas

  • La cantante Jennifer López se ha divorciado tres veces

La cantante, actriz y bailarina Jennifer López y el exdeportista y empresario Álex Rodríguez han desmentido las informaciones que apuntaban al fin a su compromiso tras cuatro años de relación.

Lo han comunicado mediante su representante a CNN asegurando que "trabajan en algunas cosas" que tienen que ver con su relación pero que continúan con su compromiso.

La pareja, de hecho, ha estado, incluso, a punto de casarse, un plan que se pospuso dos veces por la pandemia del coronavirus, aunque durante este último año, los dos habían acudido juntos a una terapeuta para tratar de encauzar una posible crisis.

Rumores de infidelidad

En los últimos días, algunas fuentes han apuntado a que terceras personas como Madison LeCroy están interfiriendo en la relación. Al parecer, Rodríguez estaba teniendo una relación en paralelo por videollamada con esta estrella de reality show.

Y no sería la primera que enturbiaba la relación. Ya en 2019 la actriz porno y exconejita de Playboy Zoe Gregory afirmaba que Rodríguez le había mandado varios mensajes de contenido sexual.

Las reglas de Jennifer López

De hecho, tras los rumores, la diva de El Bronx elaboró una lista con una serie de reglas que Rodríguez debía cumplir a rajatabla. Si el deportista de 45 años no las cumplía, sería el fin de la relación, según recoge Infobae.

Para JLo, una de esas reglas para intentar recuperar la confianza en su marido era poder acceder las 24 horas del día a su teléfono móvil. Además, podría rastrear su localización e 'imponerle' toques de queda nocturnos para sus salidas con amigos.

Otro de sus puntos clave en la lista de requisitos era la limitación de las bebidas alcohólicas. A sus 52 la cantante no bebe, por lo que quería que su pareja tuviese "un límite de 3 bebidas" cuando está fuera de la ciudad.

Pero la cosa no quedaba ahí. La artista también limitaba los viajes en solitario del deportista, reduciéndolos solo a los necesarios por trabajo. Además, en sus vuelos no podría haber ninguna azafata femenina, debería ser todo hombres.