Informa Huffington Post que la adolescente falleció por una infección generalizada en el Hospital pediátrico Alder Hey de Liverpool a principos de 2014. En esa fecha comenzó en encontrase mal y tras varios fallos de diagnóstico por fin se identificó correctamente el origen de su dolencia: sufría síndrome de Shock Tóxico.
Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, el síndrome del Shock Tóxico es una infección bacteriana poco frecuente pero potencialmente mortal causada por las bacterias Straphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes.
Los síntomas de este síndrome son similares a los de un resfriado, pero avanzan rápidamente hacia una enfermedad grave de consecuencias que pueden llegar a ser fatales. Los principales signos de que se padecen son los siguientes: Fiebre alta de comienzo súbito (habitualmente 39Cº o más), confusión, convulsiones, vómitos, diarrea, mareos, tensión arterial baja, fallo hepático y renal, irritaciones cutáneas similares a las quemaduras solares, dolor muscular, dolor de garganta y desmayos o sensación de desmayo al ponerse de pie. En estados avanzados de la enfermedad, la piel puede descamarse (ocurre 1-2 semanas después de la irritación cutánea, y sobre todo en plantas de las manos y de los pies).
En las estadísticas públicas constan no más de 40 casos reportados cada año en el Reino Unido, la mitad de los cuales están asociados con las mujeres que usan tampones.
Es por ello que Diane Roberts se ha embarcado en una campaña para concienciar a madres, padres y adolescentes sobre el uso correcto de estos productos para la higiene íntima femenina. Ella se queja de que en la actualidad nada se habla de esta enfermedad y por eso quiere que todo el mundo la conozca.
Su campaña ha sido rápidamente contestada por la asociación de empresas fabricante de productos de higiene absorvente que ha salido al paso para negar cualquier tipo de relación entre el síndrome del Shock Tóxico y el uso de tampones.
El director de esta patronal, Tracy Stewart, ha preferido señalar hacia otros responsables como "los dispositivos anticonceptivos internos o el parto" por lo que asegura que "es erróneo afirmar que un tipo de producto puede causar esto".