"Quizás no ha sido un buen día", se disculpa Javier Sayas en esta entrevista, en la que se muestra pesimista sobre la situación epidemiológica y la ocupación hospitalaria en Madrid. No ayuda que trabaje como adjunto en el servicio de Neumología del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Su centro fue el primero en combatir la segunda oleada, el que le corresponde a los habitantes de las zonas de España con más tasa de contagios de coronavirus. El primero en la segunda oleada de covid en tener que ampliar UCI, suspender operaciones no urgentes y reorganizar la atención para intentar no dejar a nadie fuera. Un hospital que se empeña, dice, en mantener servicios esenciales como la detección precoz del cáncer de pulmón, o los trasplantes.
Desde que llega al hospital en torno a las ocho de la mañana, Javier Sayas no para. Así que a las seis y media de la tarde, cuando coge el teléfono, acumula cansancio físico y mental. Y ofrece una radiografía poco halagüeña, pero que vuelve a desprender, como en marzo, un trasfondo de fuerza: en el hospital tiran de ingenio y van superando días. Este miércoles había 290 pacientes covid en planta y 37 en la UCI. Unos datos que cambian por horas, pero que quedan todavía lejos de los 900 enfermos de coronavirus que llegó a haber en el centro en marzo.
Pregunta. Su hospital es de los que soporta mayor carga asistencial de Madrid, ¿cómo lo afrontan?
Respuesta. La sensación es de hastío, de desánimo. Sentimos que hemos dilapidado toda la ventaja que conseguimos sobre el virus en junio o julio. Ninguno pensábamos que íbamos a tener que enfrentarnos a algo parecido a marzo ahora, creíamos que iba a ser más tarde, en octubre o noviembre. Creíamos que el aumento de contagios iba a estar más asociada a la vuelta de vacaciones, a los trabajos, al cole... Es que nos estamos volviendo enfrentar con algo que ya hemos vivido y que yo creo que ninguno queremos ni por asomo recordar.
Creíamos que las medidas habían reducido tanto la infección en junio que con poco esfuerzo relativo se iba a poder man tener una baja transmisibilidad. Lo vivimos con mucha preocupación.
P. Y, ¿por qué cree que ha ocurrido esto, por qué ha llegado antes?
R. No me atrevo a dar una razón, seguramente son muchas. Entre ellas que pasamos de un confinamiento muy duro y estricto a una apertura quizás demasiado rápida. Es difícil saber qué está pasando. Con este virus todo es impredecible.
P. Y, en su hospital, ¿cómo está la situación?
R. Hay muchos ingresados por covid-19. Este miércoles hay 290 en planta y en UCI 37 personas. Y a eso hay que sumar el resto de patologías que precisan UCi. Están casi todas ocupadas, y la mayoría por covid-19. Eso compite con cualquier patología y hace que no tengamos camas disponibles de UCI. Hemos incorporado camas de UCI que dependen de servicios como anestesia, coronarias. Nosotros hemos implementado lo que llamamos camas de cuidados intermedios, para pacientes que no pueden ingresar en plantas porque están muy graves pero tampoco necesitan una UCI completa.
Ahora el problema que tenemos no es el material, podemos crear camas de UCI, ventiladores tenemos... pero falta personal. Una enfermera puede llevar dos camas de UCI, así que para atender dos camas las 24 horas del día los siete días de la semana necesitamos cinco enfermeras.
En general faltan enfermeras, médicos de UCI (intensivistas), neumólogos. Ahora mismo no hay paro de neumólogos e intensivistas en Madrid.
P. Y el perfil de paciente en los hospitales., ¿sigue siendo de gente más joven y menos grave?
R. No, ya ha cambiado. En las últimas semanas empezamos a tener enfermos más mayores, con más comorbilidad y que ya no se pueden dar de alta en cuatro o cinco días. Cuando los graves eran más jóvenes había más rotación, menos colapso. Las altas ya no son tan rápidas y el enfermo que ingresa ahora en UCI se tira fácilmente 20 días.
Estamos otra vez como en abril, y eso se va a reflejar también en la mortalidad. Dos semanas después del pico de contagios va el pico de hospitalizaciones, y un poquito después que éste el de la UCI. Y cuando va cambiando el perfil de los pacientes es más difícil darles de alta antes y tenemos más mortalidad, es inevitable.
P. ¿Qué se puede esperar en Madrid las próximas semanas?
R. Uf... Yo no me atrevo a hacer ningún pronóstico con este virus. Pero si sigue la línea de contagios y hospitalizaciones nos vamos a encontrar con un pico no sé si tan alto como en la primera oleada pero no le va a ir muy lejos, es mi sensación.
Además en marzo y abril hubo cosas que disminuyeron: había menos accidentes, menos urgencias de las habituales. Pero ahora, con todo abierto y la covid-19... Me preocupa no poder hacerle frente no solamente al coronavirus sino el precio que van a pagar otras enfermedades que ya lo han pagado en marzo y en abril. Pasa una factura que todavía estamos tratando de digerir. Me refiero a diagnóstico precoz de cáncer, a trasplantes... No las hemos cerrado pero temo que haya retrasos. ¿Qué va a pasar si no hay camas de cuidados intensivos para hacer un trasplante? Estamos haciendo un gran esfuerzo para no cerrarlo pero tenemos ese miedo, que no se pueda hacer más.
Y ante esto lo único que sabemos que funciona es restringir las actividades. Y aunque en Madrid sólo se hayan impuesto estas restricciones en algunos distritos yo creo que toda la población debería autoconfinarse en toda la región. Mucha de la transmisión se produce por aerosoles en sitios cerrados con poca ventilación, en reuniones familiares o quizá en el transporte... Hay que asumir las restricciones de esos 37 barrios de forma voluntaria toda la población.
Javier Sayas se enfrenta cada día a un virus que califica de impredecible, con armas más perfeccionadas que en marzo pero sin ninguna realmente determinante. Y reflexiona: "el problema es que ahora no sabemos cuándo va a bajar la curva... en marzo, con todo cerrado, podíamos esperar que en más o menos dos semanas comenzarán a remitir el contagio. Y así fue". Pero ahora no hay confinamiento en las casas, ni las administraciones la plantean tras la dureza de los meses de marzo, abril y mayo. "La cuestión es cuándo va a bajar", repite Sayas, "cuándo...".