La compañía japonesa 'Escuadrón del miedo' ha decidido que nos quitemos de la cabeza el coronavirus a base de gritos. La terapia consiste en meter a los clientes en ataúdes y exponerlos al ataque de los fantasmas más aterradores. La idea es que con cada susto se nos olvide el estrés generado por la pandemia. Cada féretro mide dos metros de longitud y dispone de una pequeña ventanilla transparente para que el espíritu de turno pueda asustar en condiciones.
Los clientes entran en materia a base de historias de terror y música adecuada para la ocasión que pueden escuchar gracias a auriculares incluidos en el interior de la caja. Las apariciones, por supuesto, son actores de carne y hueso que tienen barra libre para hacer temblar a los consumidores. Normalmente trabajan en parques de atracciones, pero muchos han cerrado por el coronavirus y esta es su oportunidad para seguir trabajando. Kenta Iwana, coordinador del proyecto asegura que las entradas para los próximos dos días se han agotado en apenas unas horas.