La abogada de 38 años ha demandado al cirujano. “Cuando fue a declarar reconoció que no sabía lo que me había echado porque el producto lo había solicitado a un proveedor chino, y que, por tanto, el texto estaba escrito en chino”, cuenta la víctima a The Mirror.
“En la web del proveedor encontré que se trataba de veneno de serpiente”, dice Raluca. “Mi cara ha estado paralizada entre ocho meses y un año. No podía mover ningún músculo facial: No podía ni reír ni llorar. Ha sido terrible.”
El veneno de serpiente se considera una alternativa al Botox. Sin embargo, este producto debe consumirse en crema y con muy pocas dosis.