Un juzgado de Gijón se encuentra investigando las circunstancias que rodearon el fallecimiento de Eladio Currás, un guardia civil jubilado, de 66 años, que murió en el interior de un vehículo en llamas en una finca de Veranes (Asturias) en julio del año pasado.
Si en un primer momento el fatal desenlace se achacó a una quema de rastrojos y a su intención de retirar el coche del fuego, los datos recabados han motivado una instrucción para determinar si existen indicios de criminalidad. La víctima se encontraba con otro hombre en el momento en el que se produjo el incendio.
"En un primer momento creíamos que había sido un accidente de los muchos que ocurren y que nos había tocado a nosotros, pero al tener acceso a las diligencias de la investigación comprobamos que hay muchas lagunas y cosas que no concuerdan de ninguna manera. Queremos saber qué pasó y cómo murió mi padre y que se depuren responsabilidades", afirma su hijo, miembro de la Policía Nacional, según El Comercio.
La familia se ha personado en el procedimiento como acusación particular y ha denunciado al hombre con el que se encontraba su padre por un delito de omisión de socorro, "aunque ese delito podría cambiar según avance la instrucción".
Esas piezas que no encajan son que "el cadáver apareció en el asiento de atrás del vehículo -no en el asiento del conductor si supuestamente había entrado a intentar arrancarlo-, las llaves estaban tiradas a diez metros del coche y el hombre que estaba con mi padre en ese momento no le dijo a los bomberos ni a la patrulla de la Guardia Civil que acudió al lugar que dentro del vehículo había una persona, cuando en otras declaraciones sí afirmó que intentó apagar el fuego y sacar a mi padre", explica el hijo.
El cadáver fue localizado horas después por el propietario de la finca en la que supuestamente se estaba realizando la quema de rastrojos. "En verano no se pueden quemar rastrojos, tampoco entendemos por qué eso no aparece reflejado en las diligencias, porque es un delito", añade.
A su juicio, "el informe de la Guardia Civil es muy incompleto y no recoge cosas importantes de testigos y otros detalles que son muy relevantes para la investigación judicial. Faltan cosas esenciales", lamenta el hijo de Eladio Currás, que durante 40 años estuvo destinado en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
El cadáver no pudo ser incinerado por orden judicial. La acusación particular se plantea ahora pedir una exhumación para realizar una ampliación de la autopsia.