La investigación del caso de las niñas de Tenerife ha dado un giro en las últimas horas. Los investigadores consideran la posibilidad de que Tomás Gimeno, padre de Anna y Olivia, pudo tirar su teléfono móvil y continuara navegando mar adentro, en una zona que ahora se está rastreando.
Se investiga si es posible que Tomás Gimeno lanzara su móvil al mar en el punto donde se pierde la señal súbitamente y donde, desde hace días, se está rastreando sin descanso con el buque Ángeles Alvariño.
Tras ello, se considera la posibilidad de que el padre de Anna y Olivia navegara con su lancha mar adentro hasta un punto donde pudo quitarse finalmente la vida.
En las últimas horas, el sónar y el submarino del Ángeles Alvariño ha estado buscando a más de siete millas de la línea de la costa y a más de 1.500 metros de profundidad.
Se rastrea con los equipos al límite de su capacidad del trabajo a la espera de tener una alternativa, como el Piscis VI, un submarino de propiedad privada utilizado para la labor científica.
Pese a que la búsqueda de Tomás Gimeno y su hija Anna continúa, cada día que pasa se hace más difícil dar con sus cuerpos en el fondo de mar.
Con la ley en la mano, si el cuerpo del padre de las niñas de Tenerife no aparece habrá que esperar 10 años para declarar a Tomás Gimeno como fallecido, siempre y cuando alguien solicite dicha declaración, tal y como informan medios como Diario de Avisos.
Sobre Tomás Gimeno hay una orden internacional de detención como presunto autor de un doble homicidio y de maltrato continuado desde que apareció el cuerpo de su hija mayor, Olivia de seis años.
La Guardia Civil practicó el pasado jueves un nuevo registro en la casa de Tomás Gimeno en Igueste de Candelaria (Tenerife).
En la operación, los agentes no hallaron ni sedantes ni calmantes que pudiera haber administrado a las pequeñas Anna y Olivia.
La vivienda de Tomás Gimeno ha sido objeto de varios registros en buscas de pruebas para esclarecer los hechos.