Estar en una redada en directo no resulta nada fácil. Es un día normal en la vida de los agentes, siempre al acecho para captar narcos. Un equipo de Informativos Telecinco les ha acompañado en lo que es su día a día de adrenalina y riesgo. Así, hemos podido ser testigos del tiempo que se necesita de vigilancia para coger a los traficantes, del trabajo que hay detrás de incautar 2.000 kilos de hachís. Es lo que ha ocurrido en Almería. El mar estaba algo alborotado y todo apuntaba a que los narcos no iban a trabajar, pero el radar de la guardia civil detecta un eco sospechoso: “Parece que ha llegado la Hora H”.
Y sí, había llegado. Los agentes cambian el rumbo y la adrenalina empieza a inundarles .“Tripulación, prepararse para posible intervención”. Los motores se pisan a fondo para llegar lo antes posible. “Estamos acercándonos, dos millas, dos millas”, gritan los agentes que logran encuentrar a los narcotraficantes con las manos en la masa.
En cualquier momento puede comenzar el desembarco de droga en la playa, pero los narcos deciden esperar “no están navegando” porque en tierra todavía no están listos para el descenso. La patrulla se queda a oscuras en pleno mar para no ser detectados. Antes se había escuchado una orden: “luces apagadas”. Así pasan dos horas... “sigue el rumbo, sigue el rumbo” es la orden.
La paciencia da sus frutos cuando los narcotraficantes comienzan el desembarco Es el momento de actuar: “Mi capitán, entramos” y la Guardia Civil inicia su operación. Los agentes en tierra los sorprenden y abordan. Un grupo de delincuentes se da a la fuga y la patrulla de la embarcación va tras ellos. “Van a tope”, señalan los agentes. Los narcos se encuentran a escasos cinco metros y están a punto de chocar con los agentes. “Nos están encarando”, gritan, pero finalmente algunos de ellos logran huir. En total, cuatro detenidos e interceptado un alijo de más de dos mil kilos de hachís en una noche que, aunque nadie lo pueda creer, había sido tranquila para los agentes.