Triple negativo. Es lo que escuchó Ana cuando le diagnosticaron cáncer de mama. Y luego, que es uno de los peores tipos que se pueden padecer, que su probabilidad de reproducirse es muy alta. Y encima ella tenía el tumor muy grande, fruto de varios años sin diagnosticar. Pero hoy, tres años después, y contra todo pronóstico, Ana está limpia, su cáncer no se ha reproducido y ya va a revisión cada seis meses.

Los médicos que la trataron describieron la reducción de su tumor como "milagrosa". Pero en realidad no es un fenómeno divino, sino ciencia. Ana se trató con una inmunoterapia experimental en el hospital 12 de Octubre de Madrid, financiada en parte por la fundación Cris Contra el Cáncer, centrada en investigar los tumores para conseguir que el cáncer sea eliminado o, al menos, una enfermedad crónica tratable.

Cuando a Ana le dijeron el tipo de cáncer que padecía, ella pensó "estoy muerta". Quiso empezar el tratamiento cuanto antes, pero su oncóloga le dijo que por su perfil podía entrar en un ensayo clínico que buscaba pacientes en ese momento. "Me dijo que el riesgo era que tenía que esperar 10 días a ver si entraba o no en el tratamiento experimental, y que mientras tanto no podían darme quimio ni nada... Y que tenía dudas de que pudiera esperar diez días. Imagínate, qué tensión", recuerda ahora Ana.

Pero hasta para lo malo que a uno le pasa en la vida hay que tener suerte, y la de Ana fue cumplir los requisitos, que hubiera una terapia experimental en ese momento, y que funcionara. Tanto que su tumor se redujo mucho, y pudieron extirpárselo limpiamente. Además, el ensayo clínico consiguió que su sistema inmunitario aprendiera a defenderse del cáncer en posibles recaídas. Así lleva cuatro años.

El cáncer de mama es de los que tiene mejor pronóstico en España, pero es el más frecuente entre las mujeres, y la segunda causa de muerte por tumor maligno en este grupo de población en España, según datos de la Asociación Española del Cáncer (AECC). Cada año se diagnostican 32.825 casos nuevos en España y la supervivencia a los cinco años es del 80%.

"Pero hay un 20% que no se cura, y aunque fueran un 5% habría que interntarlo todo", reivindica enérgico Jesús Sanchez, director de proyectos de CRIS contra el cáncer. La terapia que ayudó a Ana no existí hace diez años, y consiste en una serie de fármacos que vuelven a despertar a los linfocitos T, que en este tipo de tumores el cáncer ha conseguido inactivar La primera inmunoterapia parecida se autorizó en España en el año 2011. Desde entonces, calculen a cuántas Anas ha podido salvar.

"Ganarle un año al cáncer de mama puede salvar cientos de miles de vidas. Tenemos en el horizonte la cronicidad del cáncer, hay que seguir investigando", reivindica Sánchez. Porque no es una lejanía el convertir el cáncer en una enfermedad con la que se pueda vivir. Y, quizás, en un futuro próximo, eliminarlo.

"Cuando me dieron los resultados, me dijeron que la reducción del tumor había sido milagrosa. No sé si curarme mi cáncer era un imposible, me cuesta decirlo, pero sí que influyó la terapia, claro", reconoce Ana. "Yo tenía un tumor muy grande, de un tipo que respondía bien a la quimioterapia, pero si no hubiera respondido bien no tenía más alternativas de tratamiento", y cuando terminó el ensayo fue cuando los médicos alucinaron de sus análisis: estaba limpia totalmente.