Más comercio de barrio, marcas blancas y ofertas: el confinamiento cambia nuestra forma de comprar
Los españoles valoran su capacidad de amoldarse y garantizar la cadena de suministros
Los consumidores nos hemos vuelto más sensibles a los precios
Casi un tercio de los españoles mantienen los hábitos de compra adquiridos durante el confinamiento
Los cuatro meses de confinamiento por la pandemia de coronavirus han cambiado la forma de comprar de los españoles según un informe de la rama de alimentación de Adecco. Según los analistas de esta empresa de trabajo temporal. Durante el encierro en casa hemos optado por volver a comprar en las tiendas de barrio, también conocidas por comercios de proximidad, así como optar por las marcas blancas, las ofertas y sustituir los alimentos de mayor valor como la carne de vacuno y el pescado por productos más económicos como el pollo y la alimentación seca.
En los meses de duración del estado de alarma, la alimentación ha sido un sector clave para la economía española y uno de los pocos que ha seguido generando empleo.
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Prueba de ello es cómo ha evolucionado la percepción que los ciudadanos tienen de él, pues según el estudio “Resetting Normal: redefiniendo la nueva era del trabajo”, elaborado por el Grupo Adecco, este sector se encuentra entre los más valorados por los españoles, con un 64 % de encuestados que aprecian más ahora a sus profesionales que antes de la pandemia.
Se trata de un sector que ha sido capaz, no solo de garantizar la cadena de suministros en todo momento, sino también de amoldarse a las nuevas necesidades de los ciudadanos, que han modificado sus hábitos de consumo en un 87%.
Así, la irrupción de la COVID-19 y la incertidumbre a la que ha dado lugar han hecho que los consumidores sean más sensibles a los precios (price conscious). De hecho, según los datos de una encuesta llevada a cabo por Adecco Alimentación a 800 personas, el 53 % de los consumidores afirma haber optado por productos más económicos durante el confinamiento. Por su parte, un 34 % de los encuestados asegura no haber modificado el gasto en el carro de la compra durante esta situación excepcional, mientras que un 13 % dice haber invertido más durante este periodo que antes de la cuarentena.
En cuanto a cuáles son las decisiones que se han tomado para ahorrar, un 35 % de la muestra asegura haber apostado por MDD (las conocidas marcas blancas) y un 29 % dice que ha conseguido reducir el gasto gracias a las ofertas y descuentos. Además, un 11 % de las personas preguntadas asegura haber sustituido los alimentos de mayor valor como la carne de vacuno y el pescado por productos más económicos como el pollo y la alimentación seca.
Otra de las cuestiones tratadas en el estudio llevado a cabo por Adecco Alimentación ha sido la cantidad de productos que se han consumido durante el confinamiento. Un 66 % afirma haber incrementado la cantidad de productos adquiridos y, de ellos, un 28% asegura estar manteniendo esta tendencia incluso una vez pasada la cuarentena.
Por primera vez, el precio se ha convertido en el principal factor de decisión a la hora de elegir el punto de venta y las compras son menos impulsivas y más reflexivas. Ahora, el consumidor compara productos y busca las opciones más económicas como MDD (marcas de distribuidor) o discounts. Además, si antes de la pandemia tan solo un 19% afirmaba comprar en pequeños comercios (frente a un 39% que lo hacía en grandes superficies), tras la pandemia este porcentaje se ha elevado hasta alcanzar el 21%.
No hay duda, el haber vivido un confinamiento ha hecho que las personas adopten nuevos comportamientos de vida y, por tanto, de compra. No obstante “aún no se puede saber a ciencia cierta si estos comportamientos perdurarán en el tiempo, hay bastante incertidumbre a medio y largo plazo”, explica Mila Montañana, directora de Adecco Alimentación. “Lo que sí es cierto es que se prevé, al menos inicialmente, un consumo racional y enfocado al ahorro por parte de los consumidores, así como una apuesta por el producto de proximidad, es decir, una especie de regreso a lo local, al producto más cercano”, añade Montañana.
Un sector en crecimiento
La industria alimentaria da empleo a casi medio millón de trabajadores en España, concretamente a 496.200 personas, y cuenta con una tasa de empleo femenino (36,5%) superior al resto de la industria manufacturera (27,3%). Además, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, es la primera rama manufacturera del sector industrial con 107.043,0 M€ de ventas de productos que representa el 24,3% del sector industrial, el 18% de las personas ocupadas y el 15,5% del valor añadido. Es una actividad que supone el 2,7% del Producto Interior Bruto de nuestro país.
En términos de empleo, es un sector que da trabajo al 2,5% de toda la ocupación del país, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Además, dentro de la Unión Europea, la industria agroalimentaria española es la quinta más potente
en valor de cifra de negocios (8,7%), solo por detrás de Francia (16,2%), Alemania (15,4%), Italia
(12,0%) y el Reino Unido (10,7%).
La evolución del sector agroalimentario en los últimos tres años ha sido muy positiva, pues ha
crecido un 1,3% interanual debido, fundamentalmente, al aumento del valor en las fases de
producción y de la industria agroalimentaria. Aunque el último dato disponible (+0,8%) habla de una
ralentización en el crecimiento del sector.
Los perfiles más demandados
El sector de la alimentación ha sido, junto al sanitario, la actividad económica que ha copado la oferta laboral en estos meses. La avalancha de consumidores para hacer acopio de productos de primera necesidad en la primera parte del confinamiento, junto al incremento posterior de los pedidos on line para evitar desplazamientos innecesarios que pusieran en riesgo la salud en plena propagación de la Covid-19, han obligado a las cadenas de supermercados y a las empresas de alimentación a aumentar sus plantillas.
En este contexto, los perfiles que más se han contratado en el sector alimentación durante la cuarentena han sido aquellos relacionados, sobre todo, con operaciones de producción, los manipuladores de alimentos y los mozos de carga y descarga.
En cuanto a cuáles son los tipos de profesionales que la industria alimentaria incorpora habitualmente y cuya demanda se incrementará en los próximos años, Adecco Alimentación destaca dos posiciones que serán especialmente estratégicas:
Técnico de mantenimiento
El técnico de mantenimiento es la persona encargada de la carga y descarga, del manejo de carretillas, del mantenimiento correctivo y de la maquinaria.
En la actualidad, el técnico de mantenimiento es uno de los perfiles más demandados. Se trata de un perfil muy deficitario, pues requiere de una mayor formación que otros perfiles del sector. De hecho, para este puesto se solicita una FP1 o Técnico Medio en Electricidad y Electrónica o una FP1 o Técnico Medio en Instalación y Mantenimiento.
También la experiencia es importante para las empresas y estas solicitan a estos candidatos entre 2 y 5 años de media en puestos similares. La implicación, el compromiso, la responsabilidad, la orientación a resultados, la planificación y la organización son algunas de las habilidades más valoradas del técnico de mantenimiento.
La retribución media para estos profesionales es de entre 24.000 y 28.000 euros brutos anuales.
Técnico de calidad en industria alimentaria
El desarrollo de las posibles aplicaciones de los ingredientes en los diferentes sectores o productos requeridos por los clientes, la consultoría y asistencia a clientes para el desarrollo o incorporación de nuevos ingredientes, el aseguramiento de la calidad y la seguridad alimentaria, el cumplimiento, desarrollo y mantenimiento de las normas de calidad y seguridad de la compañía (IFS Broker, BIO, Kosher, Halal, SAE, FSMA, etc…) y el seguimiento desde la incorporación de los nuevos productos/ingredientes naturales hasta su comercialización… son las principales funciones de los técnicos de calidad en la industria alimentaria.
Un perfil que está siendo muy solicitado en el presente y cuya demanda irá en aumento, pues se trata de un puesto que requiere haber cursado un Grado relacionado con las ciencias de la salud.
Entre las carreras que han estudiado las personas que ocupan este puesto destacan las de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Química e Ingeniería Agrónoma. Además, se valora el tener un Máster vinculado a la alimentación y haberse especializado en ciencia e ingeniería de los alimentos o calidad y seguridad alimentaria.
La experiencia mínima requerida para estos perfiles es de entre dos y tres años desarrollando labores en la industria alimentaria, preferiblemente en consultoría I+D+I.
La comunicación asertiva, la descripción de problemas y riesgos, la capacidad de establecer relaciones de trabajo cooperativas con los equipos multifuncionales, la responsabilidad personal, la autonomía e iniciativa y la disponibilidad para viajar son las habilidades más valoradas en los técnicos de calidad.
La retribución media para estos profesionales oscila entre los 30.000 y los 36.000 euros brutos anuales.
Las empresas buscan perfiles cada vez más cualificados
La Industria dedicada a los alimentos ha experimentado grandes modificaciones a nivel tecnológico en los últimos años, lo que se traduce en una mejora sustancial en la calidad alimenticia y una mayor disponibilidad de productos frescos. Además, los cambios en materia legislativa también han supuesto una transformación del sector y han traído consigo la aparición de nuevos puestos que requieren personal cualificado. El sector necesita más que nunca contratar a profesionales que se encarguen del control de todos estos nuevos elementos y cada vez es más imprescindible que los trabajadores cuenten con formación complementaria que les permita conocer las peculiaridades de este ámbito de actividad y que amplíe los conocimientos en materia legislativa, de calidad o de seguridad alimentaria.
A día de hoy, los grados más demandados en la oferta dirigida a profesionales de este sector son los de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición Humana y Dietética. El Grado Superior en Dietética y la especialidad de Endocrinología y Nutrición, dentro del Grado de Medicina, también son muy solicitados. Por su parte, otro de los grados más demandados es el Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, dirigido al conocimiento de las propiedades de los alimentos, principios y técnicas de producción, prevención, publicidad, marketing y legislación alimentaria, entre otros.
Esta aparición de nuevos perfiles altamente cualificados que actualmente demanda el mercado laboral ha traído consigo algunas dificultades para cubrir vacantes, especialmente aquellas relacionadas con técnicos de mantenimiento. Entre las principales razones que hay detrás de la escasez de talento destaca la falta de experiencia de los candidatos, así como la falta de competencias técnicas, y las expectativas salariales, en ocasiones, demasiado elevadas.