Continúa la búsqueda de las niñas desaparecidas en Tenerife, Anna y Olivia, de 1 y 6 años, después de que fuesen secuestradas por su padre, Tomás Gimeno, de 37.
Por tierra, mar y aire, los efectivos se afanan en encontrar pistas que ayuden a reconstruir los movimientos del progenitor, en paradero desconocido desde que se llevase a las niñas el pasado martes 27 de abril para no volvérselas a entregar a su expareja, Beatriz Zimmerman.
Aquel día, la madre de las pequeñas estableció contacto telefónico con él varias veces. Primero le dijo que volverían para cenar, pero después, en las siguientes llamadas sus palabras fueron las mismas: advertía a su pareja que no iba a volver a saber de ellos, que no iba a volver a ver a sus hijas.
Ese día se sabe que Tomás Gimeno fue con las pequeñas a ver a sus padres, que por el tono y su forma de actuar pudieron advertir que parecía una despedida. De hecho, también se ha conocido que se despidió de sus amigos, a los que mando un mensaje.
Todo ello hace pensar que Gimeno tenía un plan premeditado. De hecho, fue visto por última vez en el puerto deportivo de Santa Cruz de Tenerife, donde cargó maletas y bultos dentro de una embarcación. Le vio un vigilante, y también las cámaras de seguridad del puerto. Sin embargo, en las imágenes no se llega a apreciar a las niñas, sino solamente a él.
Esa misma noche, zarpó en la embarcación, pero volvió tras un rato al puerto porque su móvil se había quedado sin batería y necesitada un cargador. Por eso, se piensa que podía tener un plan de fuga, y por ello precisamente su dispositivo móvil puede ser clave para analizar su recorrido e intentar de reconstruir el suceso.
Concretamente, gracias a su terminal le sitúan a las 19:30 de aquel martes en la casa de los abuelos de las niñas. 25 minutos después estaba en la suya. Estuvieron apenas una hora, porque a las 21:00 horas, cuando llegó la madre a recoger a las pequeñas, ya no estaban en casa. A las 21:30 ya estaba en el pantalán, que estaba a unos 20 minutos de distancia. Por eso, qué paso en esa hora desde que estaba en su casa hasta que fue al puerto es también una incógnita clave.
Captado por las cámaras, cargó la lancha y se sabe que también metió el portabebé, porque luego aparecería en el mar. Si estaba la pequeña, también la mayor, pero no se las ve moverse en imagen, por lo que es otra incógnita.
Tras cargar la embarcación zarpó, y su teléfono lleva a los investigadores al sur de la isla, área donde hoy se realiza una intensa búsqueda. Los investigadores han detectado que su teléfono móvil estuvo tiempo parado en el mar en un punto de esa zona. Por eso, otra gran incógnita es qué pasó en ese lapso temporal, y en ese punto en su primera salida en la lancha, antes de regresar después a puerto para buscar un cargador de móvil.
En dicha lancha, los investigadores además encontraron restos de sangre, los cuales fueron analizados para determinar a quién pertenecía. Según confirmó el Laboratorio de Criminalística, son de Tomás Gimeno y no de las niñas.
Todas las hipótesis están abiertas. Por un lado, se contempla que pudiese haber lanzado a las niñas al mar en ese momento en que su teléfono móvil registra que estuvo parado antes de regresar a puerto, lastradas con el ancla, que nunca ha aparecido. Sin embargo, también pudo haberlas subido a otro barco, aunque él solo es muy complicado que lo hiciese.
Tomás se quedó sin batería y regresó a puerto solo. Eran ya las 23:30 y necesitaba el cargador. Después zarpó a las 00:30 y la lancha aparecería por la mañana del día siguiente, en Guímar, a una hora de navegación. Sin embargo, su teléfono le sitúa todavía más lejos, de acuerdo a la última vez que Beatriz, la madre de las pequeñas, logró contactar con él. Por eso, ahora también se investigan los barcos que están llegando a Cabo Verde, Madeira y Marruecos, por si se hubiese fugado hacia alguno de estos lugares.
No obstante, no son los únicos destinos que se contemplan, porque no se descarta la hipótesis de que el padre se las haya llevado fuera de España. De hecho, la propia madre de las niñas trasladaba esa posibilidad. Ayer Beatriz pedía la difusión de un vídeo de las niñas pidiendo ayuda para localizarlas. En él, confiaba en que podían haber llegado al Caribe o Sudamérica, donde Tomás Gimeno tenía conocidos.
El presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, ha manifestado en Cuatro que el padre se podría haber llevado a las menores a Chile, donde previamente había manifestado que le gustaría vivir.
En este sentido, se ha extendido la difusión de imágenes de Anna y Olivia tanto por ese país como por Argentina y Uruguay, entre otros.