Es difícil escapar de los casi 40 grados de Bilbao, calor que los vecinos califican como un "infierno". El termómetro castiga con fuerza.
En el hospital de Mondragón poco preparados para la inesperada subida de temperatura, llegando a dificultar la respiración a varios pacientes.
En San Sebastián la playa ayuda pero no lo suficiente.
Acostumbrados al calor como lo están en Córdoba, tienen atención especial para los colectivos más vulnerables, al igual que en Cádiz, que ponen a predisposición de aquellos que trabajan a pleno sol útiles como crema solar o gorras.
Pero imagínense pasar este calor sin agua. Pues así lo están pasando en Montilla, donde 38.000 personas sobreviven a los más de 40 grados, abasteciéndose con garrafas de agua.