Son dos de las imágenes del día. Nada más bajar del coche, la ministra de Industria francesa da media vuelta y corre hacia el vehículo. Pero es tarde. Agnes Pannier-Runacher confiesa que ha olvidado la mascarilla. Aunque varios de los que la rodean en la Plaza de la Concordia parisina tampoco van protegidos, Pannier espera con las manos sobre el rostro. Finalmente, aparece una ayudante para solucionar el problema. Ha sido la anécdota de las celebraciones del Día Nacional de Francia. La pandemia de coronavirus ha obligado a realizar un desfile en formato reducido y sin espectadores. Y Macron hga decidio que la mascarilla sea obligatoria en los lugares cerrados desde el 1 de agosto.
La otra imagen es la que muestra que los trabajadores de Alcoa siguen en la lucha. Esta mañana han escenificado la crucifixión de uno de sus empleados ante la fábrica de San Cibrao, en la provincia de Lugo, para mostrar el calvario que están viviendo. Han elaborado una cruz con unos maderos y los empleados han ido subiendo, uno a uno, mientras coreaban cánticos religiosos propios de la Semana Santa. La escenificación se ha acompañado con columnas de humo y bengalas. El comité de empresa le ha pedido a la dirección de la multinacional que prolongue durante un mes, como mínimo, el período de consultas del ERE que podría dejar en la calle a 536 trabajadores de la planta de aluminio primario.