Desde el aire las imágenes dan fe de los estragos provocados por el temporal en Cataluña. Numerosas zonas han quedado reducidas a una enorme mancha marrón. El barro se ha esparcido por los municipios de Tarragona, y el agua le ha dado un fuerte mordisco al asfalto engullendo lo que había en él. Los arbustos y ramas que arrastra el río Francolí, desbordado, se convierten en un muro, y el desastre discurre por la provincia arrastrando el lodo y precipitándose como poderosas cascadas.
El agua, rozando las viviendas, hace débiles a quienes intentan frenar el peligro. El recorrido que desde el aire muestra los innumerables daños, por tierra sería imposible. Hay carreteras que han quedado rotas por la riada; caminos que se interrumpen para dejar pasar el agua, que ha discurrido con fuerza suficiente como para abrirse paso por cualquier recoveco, echar casas abajo y descarrilar trenes. El río ha arrastrado consigo el caos.
Las riadas se han cobrado la vida de un hombre que había desaparecido en Arenys de Munt y cuyo cadáver ha sido hallado en Caldetes, Barcelona, donde la DANA también ha descargado con mucha fuerza.
Además, cinco personas permanecen desaparecidas, entre ellas el conductor de un camión localizado en el río Francolí a la altura de L'Espluga de Francolí, donde buscan a otas dos personas, y también una madre y un hijo que pudieron ser arrastrados por el agua cuando se encontraban en el interior de su casa prefabricada en Vilaverd, Tarragona.