El accidente múltiple la C-32 en Calella (Barcelona) en el que se vieron implicados una treintena de vehículos este lunes por la noche se ha saldado con decenas de heridos, que han sido trasladados al hospital --4 en estado menos grave y 12 en estado leve--. Así lo ha explicado en un tuit recogido por Europa Press el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM), que atendió a otras 14 personas en el lugar del accidente que recibieron el alta 'in situ'.
Cinco de los heridos han sido trasladados al hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona); cuatro, al Hospital de Blanes (Girona); tres, al hospital de Calella (Barcelona); dos, al Hospital de Mataró (Barcelona) y dos más al hospital Vall d'Hebron (Barcelona).
El accidente fue provocado por la fuerte granizada que cayó en la zona, que causó que los vehículos no pudieran frenar a tiempo y fueran colisionando en cadena, según informó el Servei Català de Trànsit (SCT).
El SEM envió 24 unidades a la zona del accidente y los Bombers se trasladaron hasta allí con nueve dotaciones, que retiraron los vehículos afectados de la vía llena de granizo.
Es de vital importancia tener el coche en perfecto estado porque un fenómeno de estas características puede sorprendernos en cualquier momento. El vehículo debe estar siempre a punto.
Según EuroTaller, las escobillas limpiaparabrisas deben estar en buen estado; así como el sistema de iluminación y, por supuesto, los neumáticos. Unas ruedas desgastadas en un asfalto mojado disminuyen significativamente su adherencia y, por lo tanto, la seguridad. Asimismo, en esas circunstancias se incrementa la probabilidad de sufrir el peligroso aquaplaning, situación en la que el conductor pierde el control porque las ruedas delanteras, ante una capa importante de agua, pierden agarre y flotan en el asfalto.
Según la DGT, lo más recomendable es "parar en un lugar seguro, como una vía de servicio,". En caso de tener que continuar, hacerlo con calma, reduciendo significativamente la velocidad y aumentando todo lo posible la distancia con respecto al vehículo que nos precede. Tan importante es ver como hacernos ver. Para ello debemos encender las luces de cruce y mantener limpia la luna delantera para no perder la visibilidad. Los limpiaparabrisas serán nuestro mayor aliado en estas circunstancias, por lo que deben estar siempre en óptimo estado.
Los expertos en conducción insisten en evitar las maniobras bruscas. Es habitual que el agua torrencial se mezcle con el polvo y la suciedad acumulada en el asfalto, generando un pavimento embarrado. Será prioritario sujetar firmemente el volante, realizar movimientos suaves, reducir la velocidad y nunca presionar el freno. Asimismo, desde RACE reiteran no cruzar badenes o zonas anegadas, para no dejar el coche atrapado en una balsa de agua y comprometer nuestra seguridad.
Reduce considerablemente la velocidad. Cuando cae mucha precipitación de golpe, sobre todo si es granizo, tiende a crearse una neblina que dificulta la visibilidad, además de crear charcos. Es decir, es peligroso porque no deja ver y porque puede hacer patinar el coche. Lo mejor es no frenar bruscamente pero conducir muy, muy despacio. No está demás encender las luces de emergencia para ser más visible