"Una imagen tercermundista": 200 narcolanchas amontonadas en el puerto de Algeciras

"Es una imagen tercermundista", así de claro habla José Encinas de la AUGC (Asociación Unificada de Guardias Civiles), en Algeciras. "Una imagen que tenemos en pleno siglo XXI, en el año 2020, unas instalaciones policiales, donde hay más de 200 embarcaciones intervenidas, sin que se le de una solución".

La acumulación, efectivamente, sorprende. En los muelles que comparten el Servicio Marítimo de la Guardia Civil y Aduanas, se amontonan, una sobre otra, hasta alcanzar casi los diez metros de altura, grandes narcolanchas, capaces de transportar tres mil kilos de hachís, pero también embarcaciones más pequeñas usadas por el narco para abastecimiento de combustible, o lanchas de contrabandistas de tabaco. En la cima, rematando esa especie de torre de babel del delito, una inocente patera.

"¿Por qué?" se pregunta Francisco Mena, presidente de las asociaciones contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. "Muy sencillo, porque sigue sin haber un deposito judicial".

"No hay nadie que se haga cargo de las embarcaciones intervenidas, o de su destrucción" corrobora, José Encinas. "Nosotros somos partidarios de que se destruyan directamente, porque ese tipo de embarcaciones, no sirven para otra cosa".

Pero mientras la Junta de Andalucía, que debe proporcionar ese depósito, no encuentra un adjudicatario, la torre crece. En los costados un numero marca orden y año. Las más antiguas de 2017, las últimas, las que lleguen tras la próxima operación policial.

"Una de las cosas que más nos preocupa son los riesgos laborales de nuestros compañeros", dicen desde la AUGC. "Hay que recordar que ese tipo de embarcaciones, y los motores que hay, están con combustible. En cualquier momento puede haber un accidente, o un incendio intencionado, y los daños que pueden sufrir los guardias civiles, y los ciudadanos que trabajan en la zona, pueden ser importantes".

Hace ahora siete días, la Junta anunciaba que a finales de enero, volverá a sacar a concurso, el traslado y depósito de los vehículos y narcolanchas intervenidos judicialmente en el Campo de Gibraltar.

"Preferimos que las destruyan", cuenta Francisco Mena. "Antes tenía sentido que estuvieran en un deposito porque luego salían a subasta, pero ya no se subastan, lo lógico es que tras la incautación se destruyan directamente".

Por el momento, ni lo uno, ni lo otro. Cada día el montón crece. Y hay que cruzar los dedos, para que los intentos de la administración para conseguir un depositario tengan éxito. El concurso ya ha quedado desierto dos veces.