No solo es una impresión: cada vez la gente es menos inteligente. Según varios estudios, generación a generación disminuye el coeficiente intelectual. “Antes lo que pasaba es que con la nutrición, con la mejora del sistema educativo, había ganancia. Y esas cosas ya no dan más de sí”, explica Miguel Burgaleta, investigador de la Universidad Pompeu Fabra.
Y al parecer es solo un problema del primer mundo y de este siglo, así que imaginen quiénes son los culpables: “Todo es el móvil”. “La tecnología no ayuda mucho, que digamos”. Esos pequeños aparatos que lo conocen todo parecen tener la culpa: “Eso al final hace que mi capacidad a la hora de resolver esa tarea sea más baja”, explica el psicólogo Antonio Mundo.
Ya no memorizamos, ellos lo hacen por nosotros. Algunos expertos hablan de que podría suponer el fin del progreso en muchos ámbitos. Incluso, debilitar la economía global. Aunque, por su parte, siempre hay quien está convencido de que “haremos otras cosas para que la evolución siga”.