Le llaman el "Hulk brasileño" por sus monumentales músculos, inflados como globos a base de inyectarse aceite durante tres años y de ignorar las advertencias de los médicos, que alertan de que el abuso de sintol puede conllevar amputaciones, paro cardíaco o daños neuronales.
"Me llaman Hulk, Schwarzenegger y He-Man todo el tiempo, y eso me gusta", reconoce Valdir Segato, culturista brasileño que trabaja en la construcción. "He duplicado mis bíceps, pero aún quiero ser más grande", asegura.
No siempre lució tan extravagante aspecto. Durante su juventud, Segato fue un demacrado drogadicto que estaba en los huesos. Le solían llamar "perro flaco". "Me involucré con las drogas y comencé a perder peso porque no comes ... llevas una vida equivocada", cuenta Segato. Hace varios años dejó las drogas y se inscribió en un gimnasio, pero no estaba satisfecho con los efectos de su rutina de ejercicios.
De alguna forma, cambió una adición por otra, porque se enganchó al sintol después de que alguien en el gimnasio le ofreciera la droga por primera vez. Se volvió dependiente de la sustancia que mejora los músculos debido a su personalidad adictiva y pasó de pesar 55 kilos a 80.
El sintol se compone de 85% (a menudo aceite de sésamo), 7,5 por ciento de lidocaína, un analgésico y 7,5 por ciento de alcohol, que esteriliza la composición. La mezcla no ayuda a aumentar la fuerza y es puramente un suplemento cosmético, pero sus riesgos son potencialmente letales. "Los efectos secundarios del sintol son múltiples y pueden causar un daño en los nervios, embolia oleosa pulmonar, oclusión de la arteria pulmonar, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y complicaciones infecciosas", según Europe PubMed Central.
Respecto a las advertencias de los especialistas acerca de los efectos negativos del abuso de esta sustancia, Segato se expresa de forma tajante: "Los médicos me dicen que lo detenga, el consejo que me dan es que deje de usarlo. Pero es mi decisión usarlo porque quiero hacerlo. Porque me gusta".