La pandemia ha tenido efectos también en otras enfermedades con consecuencias, a veces, durísimas. Con solo 4 meses, Hugo Dato sufrió el síndrome de Kawasaki, una enfermedad cardiológica que se puede curar con un simple tratamiento, pero el confinamiento y la saturación de los hospitales impidió un diagnóstico correcto. La terrible consecuencia es que, con solo un año, el bebé sufrió un infarto y las secuelas neurológicas son muy serias. Sus padres buscan ayuda para poder rehabilitar al pequeño y denuncian que "no todo es covid".
"Nosotros creemos que si nuestro hijo hubiera sido diagnosticado correctamente no habríamos llegado a este punto", denuncia su padre, José María Dato, en declaraciones a Informativos Telecinco. María Jesús Hernández, su madre, cuenta que el niño, "está en un estado de mínima consciencia, no nos mira, no se ríe". Los dos luchan por mejorar el estado de salud del niño. Para ello han iniciado una campaña de recaudación de fondos.
"Me llamo Hugo y tengo 15 meses. Nací completamente sano el 3 de noviembre de 2019. Debido a un mal diagnóstico sufrí una lesión cerebral que ha cambiado mi vida, ya que padecí la enfermedad rara de Kawasaki y no la Covid-19, como pensaron en un primer momento", reza en la página.
Todo comenzó, según publican en la cuenta de Instagram @hugo_cree_en_ti, dedicada al conocimiento del caso del pequeño, "cuando tenia sólo 4 meses y en pleno confinamiento por la pandemia". En ese momento, escriben como si fuese el mismo Hugo el que narrase la historia, "empezé a tener fiebre y otros síntomas como conjuntivitis y eritemas".
Su madre llamó al médico, quien le indicó que no fuese "al consultorio, que para la fiebre apiretal y que cualquier síntoma de fiebre ya se considera caso de covid-19, que no vaya a Urgencias tampoco porque ahi la cosa esta muy mal". No conforme, le llevaron a "un pediatra privado", que le dijo que tenía un virus sin especificarle si se trataba o no del coronavirus porque "el Gobierno no ha comprado aún los test". Le indicaron "que tengo que pasarlo" y "como la fiebre no cesa me manda antibiótico y listo". "A los 20 días me recupero y sigo siendo un niño feliz, sano y fuerte", prosigue.
Sin embargo, "el 27 de diciembre, yo tenía ya 14 meses y mi corazón deja de latir en los brazos de mi mamá", relatan. "Me llevan al hospital donde me practican el RCP y mi corazón vuelve a latir, me estabilizan y me trasladan en UCI a otro hospital, allí averiguan que tengo unos aneurismas gigantes en el corazón, descubren que lo que me pasó a los 4 meses era la enfermedad de Kawasaki, se podría haber curado con un simple tratamiento, pero no lo detectaron, dieron por hecho que era Covid, o un simple virus".
A día de hoy, "mi corazón esta controlado con un stent que me pusieron en el corazón, cada vez esta más fuerte, ahora mis papas luchan con las secuelas por la falta de oxígeno en mi cerebro durante todo el tiempo que mi corazón estuvo parado... Soy capaz de oír, y sentir... Pero aún no he conseguido conectar con ellos, mirarlos, ni tampoco reir ni llorar, no puedo sostener mi cabeza ni mover brazos y piernas y tampoco tomar mi biberon como antes, ahora me iré así a casa, con una sonda nasográstrica y sin poder hacer todo lo que hacia antes".
"Mis papás quieren conseguir dinero para mis tratamientos de rehabilitación en una clínica. El presupuesto aún no está cerrado porque seguimos en el hospital, pero no baja de los 1600 € al mes", añaden en la página de recaudación de fondos.
Para ello, para conseguir dinero para los "tratamientos de rehabilitación en una clínica" han hecho unas pulseras que "tienen un significado muy especial para nosotros, es el latido de mi corazón, que sigue latiendo con la misma fuerza que me caracterizaba...", también aceptan donaciones o darle difusión a la historia del pequeño.
La enfermedad de Kawasaki causa hinchazón en las paredes de las arterias medianas de todo el cuerpo. Afecta principalmente a los niños. La inflamación tiende a afectar las arterias coronarias, que suministran sangre al músculo cardíaco.
En algunas ocasiones también se denomina síndrome de los ganglios linfáticos mucocutáneos porque afecta los ganglios que se hinchan durante una infección (ganglios linfáticos), la piel y las membranas mucosas dentro de la boca, la nariz y la garganta.
La fiebre alta y la descamación de la piel son signos de la enfermedad y que podrían agravar a la misma. La enfermad se puede tratar y la mayoría de los niños la superan sin problemas graves.