Terapias para 'curar' a los gais: ¿quieren los homosexuales dejar de serlo?
A principios de julio, la primer ministro del Reino Unido, Theresa May anunció una ley para prohibir las terapia de conversión homosexual. La norma, aseguró, serviría para mejorar las vidas de las personas del colectivo LGTB después de que una encuesta nacional demostrara que muchos experimentaron prejuicios y discriminación.
Pero esta realidad choca con la evidencia. Un simple búsqueda en Internet muestra la pujanza de estas supuestas terapias sanadoras de la homosexualidad y la devastación que ocasiona en las personas que se han sometido a ellas.
Recientemente, la denuncia de un canal de televisión británico, ITV News, ha sacado a la luz una de estas sesiones de reconversión a la heterosexualidad. Ha ido en una iglesia evangelista de Kent. En ella, un pastor de su congregación habla de la homosexualidad como una enfermedad y algo producto del diablo, la relaciona con el nazismo y aboga por su sanación.
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Esta apelación al mal como origen de la homosexualidad y la posibilidad de su curación no es solo una cuestión evangélica. Afecta a todas las iglesias cristianas con mayor o menor intensidad y la católica tampoco se libra.
En España es conocida la postura de la Iglesia a cerca de la homosexualidad. La página web del obispado de Alcalá de Henares, en Madrid, habla de "esperanza" al referirse a las "dificultades personales" de los homosexuales y a la posibilidad de sanación.
Considera la Iglesia a través de esta diócesis la validez de "las ciencias psicológicas, sociológicas y médicas" para tratar la homosexualidad. Avisa también de la necesidad de una "detección precoz" de este "desorden" en los hijos por parte de los padres porque cree que si la "práctica homosexual no se ha enraizado", es posible "resolverlo" con "una terapia adecuada".
Esta defensa de que la homosexualidad se puede "tratar y curar" no es patrimonio de la Iglesia. Hay clínicas privadas que también practica esta suerte de exorcismo sanador y redentor. Hace ya ocho años, la Generalitat de Cataluña abrió un expediente a la Policlínica Tibidabo por aplicar terapias para 'curar' la homosexualidad a través de pastillas y tratamiento psiquiátrico.
En aquella ocasión, la consejera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, afirmó que "no existe evidencia científica que sostenga que la homosexualidad deba ser tratada como una enfermedad, al margen de ideologías personales", al tiempo que pedía a estos colectivos que no confundieran "alteraciones emocionales en relación a la vivencia de la propia sexualidad --heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad--".
Esta particular batalla tiene su mayor exponente en países como Estados Unidos y Rusia. Ambos reconocen formalmente que la homosexualiad no es una enfermedad y que, por lo tanto, no hay terapia que aplicar. Pero la realidad también sigue siendo aquí distinta al discurso oficial.
En Rusia son famosos los psicoterapeutas como Yan Goland que presumen de su 'método' para curar a los homosexuales. Según la BBC, este octogenario asegura tener una terapia que dura hasta un año y medio y que ha logrado ya 'sanar' a 78 homosexuales y 8 transexuales.
En 2013, el estado de California fue el primero en prohibir por ley este tipo de terapias. Pero las organizaciones LGTBI norteamericanas denuncian que en todos los estados del país se practican estas presuntas 'sanaciones' de homosexuales. Recientemente,la película de Deseiree Akhavan, 'The Miseducation of Cameron Post', premiada en la Seminci de Valladolid, recogía un ejemplo de cómo funcionan estos grupos en los que se evidencia el brutal choque entre religión e identidad sexual.
Países como Malta, con una fuerte dependencia entre Estado e Iglesia, han sabido avanzar en el camino de la igualdad LGTBI. En 2016 su parlamento, aprobó una nueva ley que contemplaba multas y penas de cárcel para quienes promoviesen terapias de 'conversión' de personas homosexuales. La iniciativa fue considerada inédita en Europa y salió adelante con el apoyo unánime de todos los partidos.
Esta lucha ha sido también apoyada por el Banco Mundial, este organismo denunciado en un informe sobre "The Global HIV Epidemics among Men Who Have Sex with Men" la falta de evidencias científicas que apoyen estas terapias de sanación y alerta sobre el alto coste económico que las homofobia y las políticas que las soportan suponen para el bienestar social.