Un hombre ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Valencia a cumplir 12 años de prisión por haber violado a una mujer e intentar impedir que denunciase tras los hechos. Ella trabajaba en el domicilio del sujeto ubicado en la localidad valenciana de Foios, cuidando de la mujer de él ya que tenía problemas de movilidad.
Una vez cometida la agresión, entre el mes de marzo y abril de 2017, el hombre le instó a no denunciar debido a que era "una inmigrante sin papeles" y él "un señor español". Frente al rechazo inicial, el hombre intento sobornar a la empleada con dinero, algo que la víctima desestimó.
La sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia de Valencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) a la que ha tenido acceso Europa Press, confirma una indemnización de 6.000 euros que deberá abonar a la víctima. Tampoco podrá aproximarse al lugar donde esté ella ni comunicarse con la misma en un periodo de 15 años.
Amenazada con un cuchillo
La mujer observó un comportamiento incómodo por parte del hombre hacia ella desde el primer momento que aceptó el empleo. Asegura que ese mismo día el individuo se aproximó a ella cuando ella estaba cocinando y la abrazó por la cintura "con ánimo libidinoso". La trabajadora, por su parte, rechazó de manera absoluta el acercamiento y él la recriminó que "llevaba nueve años sin meterla", propinándole un tocamiento en el glúteo. Una situación tensa para la mujer que expresó que "su única tarea era servir a la mujer de la casa", que estaba trabajando, que no "confundiera su voluntad" y que ella "no era de esa clase de mujeres".
Tras permanecer tres semanas trabajando en el domicilio, el hombre accedió a la habitación donde la mujer descansaba con un cuchillo de cocina de "grandes dimensiones", y le obligó a mantener relaciones sexuales.
Sumergida en un estado de terror, la mujer tuvo que acceder sin resistencia a la petición del condenado. Después de lo sucedido, el hombre alertó a la mujer de que "si decía algo nadie le iba a creer", ya que ella era "una inmigrante sin papeles" y él "un señor español" y que si denunciaba ante la Policía "le iban a deportar", al no poseer la documentación reglamentaria española.
Como último recurso, el hombre intentó sobornar a la víctima ofreciéndole dinero, algo a lo que ella se negó de manera rotunda. Renunció, incluso, al salario que le correspondía por ese día trabajado.
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