Jacob Forman, un hombre de nacionalidad canadiense de 35 años, ha sido condenado a cadena perpetua culpable del asesinato de su mujer y sus dos hijas menores de edad en su propia casa en Columbia Británica, en Canadá, según el medio Alerta Bogota.
Los hechos sucedieron cuando Forman llegó a su casa borracho, y su mujer, Clara, de 33 años, le recriminó su modo de vida en el que constantemente se ponía ebrio y llegaba a casa en un estado lamentable. Por este reproche, el hombre enfureció y cogió un mazo de la cocina para empezar a golpear en la cabeza a su mujer, que murió en el acto por los fuertes golpes.
Tras el brutal asesinato escondió el cuerpo en el garaje y comenzó a idear un plan para matar también a sus dos hijas pequeñas, Yesenia y Karina, de 7 y 9 años respectivamente, para que no pudieran sospechar de él por asesinar a su madre. En un momento en el que las niñas estaban jugando distraídas, aprovechó para estrangularlas hasta asfixiarlas.
Tras el triple homicidio el asesino comenzó a hacer una vida totalmente normal, acudiendo al trabajo el mismo día de los hechos. Pero unos días después, un compañero de trabajo fue a su casa y el acusado le confesó que su mujer le había abandonado y se había llevado a las niñas. Esta actitud hizo sospechar a su compañero, que llamó a la policía, y al llegar, se encontró con los cuerpos sin vida en su casa.
El hombre ha sido acusado por el triple asesinato a cadena perpetua. Ha admitido los hechos asegurando que mató a sus hijas para ahorrarles el sufrimiento de descubrir que su padre había asesinado a su madre.