Precisamente fue hace años cuando la propia Carrasco pidió a la organización que acudiese a su casa para que le explicaran qué opciones tenía para poder morir, ya que llevaba años siendo totalmente dependiente, "no podía ni coger un vaso".
Tras mucho tiempo solicitando a su marido que le ayudara a morir, y después de estar a la espera de la aprobación de la Ley de Eutanasia, y que finalmente no saliera adelante como consecuencia de la disolución de las Cortes, Hernández acudió al mercado negro a comprar pentobarbical sódico para ayudar a morir a su mujer.
El producto se bebe y, según ha explicado Marín, tarda unos 30 minutos en hacer el efecto buscado. "Ángel ha estado aplazando esta decisión, pero su mujer no estaba dispuesta a aguantar más tiempo y no le quedó más remedio que hacerlo", ha dicho el vicepresidente de DMD.
Precisamente esto es lo mismo que el marido escribió en una carta remitida a la organización, en la que señalaba que no le iba a quedar "más remedio" que ayudar a su mujer ante su "constante demanda" de que lo hiciese.
"Esta historia quedará concluida cuando María José, en su derecho a poner fin a su malvivir, y en uso de su libertad decida seguir adelante con su suicidio. Es evidente que el deseo de María José a fin de que se cumpla se necesita que se le ayude, por su incapacidad a realizarlo por ella misma, y como es una constante en ella demandar ese auxilio no habrá más remedio que proporcionarle esa ayuda para que su deseo se cumpla", dijo en la misiva.