Estas son las historias que los inmigrantes del Aquarius dejan atrás
La acogida les ha devuelto una sonrisa perdida. Nada más llegar a Valencia hubo quien dejó el miedo al otro lado del mar. Por ejemplo, en una cárcel de Libia donde fue torturado sin comida ni agua. Quien por primera vez tuvo una mano a la que agarrarse, la de una voluntaria de Cruz Roja, o una niña de Guinea que en este puerto recordó lo que era un abrazo. Son algunas de las más de seiscientas historias que desembarcaron en Valencia. Ahora los menores se encuentran en Alicante y los adultos tienen cuarenta y cinco días para que se decida sobre su situación en España. La mitad solicitará el asilo que ofrece Francia. Apenas llevan unas horas en España y ya han dejado de ser los últimos en llegar. Este fin de semana han alcanzado las costas andaluzas más de mil inmigrantes.