La hija de Ana Julia, Judith, ha acudido esta mañana al juicio en el que su madre se enfrenta a ser condenada a prisión permanente revisable. Pidió expresamente no ver a la acusada, por lo que declaró por videoconferencia. Y sus palabras no presentaron a Ana Julia precisamente como una madre cariñosa o cercana sino como distante. Judith ha llegado a decir que no se comportaba como una verdadera madre. Su relación queda clara con la siguiente frase: "Antes de estos hechos mi relación con mi madre era escasa, y después de lo ocurrido ninguna".
Recuerda Judith el día en que su madre le dijo que "Gabrielillo" había desaparecido y que estaban todos muy preocupados. Pero después le extrañó su forma de comportarse. "Yo estaba hecha polvo por un niño que no conocía de nada y ella me hablaba de su tipito, de que iba al gimnasio", ha contado.
La hija de Ana Julia ha reconocido que ésta la indujo a decir que Sergio, el exnovio de su madre, podría tener algo que ver. Ella lo calificaba de "hijo de...", explica. La joven, que vive desde los 14 años con su padre, reconoce que la madre la llamaba cuando tenía algún problema con sus parejas y que ella intentaba ayudarla de corazón aunque no tuvieran mucho contacto. Ahora, ni siquiera desea escuchar su voz.
El exnovio, Sergio, también dejó claro ante el Tribunal que Ana Julia "era fría" y que acabaron la relación después de que él se diera cuenta de que ésta estaba mandando dinero a su país a escondidas. Se lo recriminó y ella puso fin a la relación. Ni siquiera discutieron, señala Sergio, que da por hecho que Ana Julia dejó al camiseta en un lugar cercano a su casa para incriminarle. Antes, a toda la familia de Gabriel les había dejado caer que Sergio odiaba a los niños. Elisabeth Requena, amiga de Ángel, el padre de Gabriel, lo ha recordado también.
Francisco Martín, el psicólogo que atendió a Patricia, la madre de Gabriel, durante la búsqueda declaró que hubo una advertencia a los padres previa a la desaparición del pequeño porque el niño “de alguna manera sentía que el padre ya no le prestaba el mismo caso desde que comenzó una relación con Ana Julia”, explicaba; algo que deja en evidencia que la relación entre Ana Julia y Gabriel no era tan buena como ella dice. De hecho, Ana Julia se quejaba de tener que cuidarlo porque no era su hijo.
El psicólogo no ha podido ser más categórico frente a la imagen de Gabriel que ha intentado transmitir Ana Julia: "Sentía que el padre no le prestaba atención desde que Ana Julia apareció en su vida, tenía una sensación de abandono y sufría experiencias de angustia, miedo y temor a dormir solo en Vícar", ha dicho, textualmente, en referencia al domicilio que ambos compartían y a cuya entrada fue detenida la procesada con el cuerpo sin vida del menor en el maletero. "Era un niño que se guardaba todo para él, muy noble que no era capaz de hacer daño a nadie. Un niño espectacular", ha dicho.