Las mismas fuentes han descartado la posibilidad de que fuera un piso franco o que el material explosivo tuviera como fin actividades criminales, ya que, a su juicio, los más de 40 kilos de Goma-2 tenían unos 40 años de antigüedad.
El último inquilino del inmueble murió hace años y, según la Policía Local, todo apunta a que se trata de material de demolición que se utilizó en alguna obra y quedó en el piso por olvido.
El propietario del piso es una inmobiliaria que estaba realizando obras de rehabilitación en el inmueble y han sido los operarios los que han alertado sobre las 17.00 horas de la existencia de los explosivos.
Los Mossos d'Esquadra han incautado todo el material y han abierto una investigación para determinar la procedencia del material.