Informativos Telecinco ha hablado con la madre del menor de 13 años presuntamente violado por cuatro compañeros en el instituto Verge del Roser, en Vallirana, Barcelona. La familia denunció los hechos en diciembre, pero, reprocha, ni el instituto ni la Generalitat hicieron nada con los presuntos agresores.
“Le destrozaron la vida, sinceramente. Íbamos a la montaña y decía: mamá no quiero vivir”, cuenta la madre del menor, explicando el calvario que ha vivido su hijo, que tiene síndrome de Asperger.
Primero fueron los insultos. “Una de las peores humillaciones era: retrasado, autista”, apunta la madre.
Después llegaron las amenazas, y finalmente las agresiones sexuales: “Uno con el machete decía ‘que te voy a cortar’; el otro mordiéndole; el otro violando; todos arriba riendo”, cuenta.
Terribles episodios a los que le sometieron cuatro compañeros del centro y de los que todavía no se ha recuperado. Tiene “miedo a salir de casa”, explica su progenitora.
La denuncia la interpusieron en cuanto se enteraron y hay cuatro menores investigados. “Existen unas medidas cautelares sobre ellos que son libertad vigilada y prohibición de acercamiento”, cuenta Juan Manuel Ruiz, abogado de la familia.
El niño tuvo que abandonar el colegio, pero los presuntos agresores no han sido expulsados. La familia pide ahora justicia.
La madre del niño ha explicado también en una carta las aberraciones que tuvo que sufrir su hijo, según recoge el medio ElCaso.
El texto explica cómo los compañeros de instituto de su hijo comenzaron a acosar al niño y cómo acabaron agrediéndolo sexualmente. El grupo de menores investigados, entre los 15 y 16 años, se hacían llamar “la mafia” y se metían “contra todos los niños que eran diferentes”, tal como explicó el menor a su madre.
Ella asegura que su hijo “procuraba ser invisible en clase” pero cuando salía al patio en la hora de recreo “allí lo estaban esperando”. Explica que lo llevaron 16 veces a “la Pradera”, un lugar apartado del patio, una zona de monte con pendiente, donde los investigados presuntamente abusaban de él, fuera de la vigilancia por parte de los profesores del centro. “Le enseñaban un machete y le decían que si no les traía cosas, como relojes, le harían daño”, relata la madre del niño.
"También le pidieron joyas y como no las llevó, le dieron un puñetazo en el estómago. Las últimas dos veces que lo llevaron a 'la pradera' fueron 11 chicos. Cinco vigilaban y seis actuaban. Uno de ellos llevaba en la mochila vaselina", relata la madre en el texto. "Un chico le dio con el codo como si fuera un perro, otro en la espalda y los 11 niños se reían mucho".
"Nuestro hijo no podía jugar los partidos de fútbol porque se quejaba de que algunas partes de su cuerpo iban mal. Tenía incontinencia urinaria nocturna y mucha ansiedad. Mi hijo no hablaba en la escuela pero a nosotros nos explicaba todo".
"En todas las reuniones que tuvimos con el instituto nosotros hablamos de bullying y nos decían que el protocolo estaba activado, además de que la policía interrogaba a los chicos, pero esto era mentira porque el acoso continuaba". "Mi hijo tuvo que volver con su presunto agresor sexual a la misma clase como si no hubiera pasado nada. En una clase de música tuvo que sentarse al lado de su presunto agresor durante 40 minutos y se le disparó la ansiedad".
La madre explica que el síndrome de Asperger que sufre el niño no le permite relacionarse con normalidad y por eso grabaron dos vídeos donde el menor explica todos los abusos que sufrió por parte de los compañeros con el fin de poder entregarlos a la policía.
"Le hicieron todo tipo de agresiones sexuales, lo pusieron en el suelo como un perro y lo intentaron penetrar y como no pudieron le hicieron violaciones orales", asegura la madre del niño. "Le obligaban a tragarse el semen, aparte de las 'felaciones' que tuvo que hacer y le hicieron", explica en la carta la mujer.
“Pasamos un calvario. Mi hijo no tenía ganas de vivir”, confiesa la madre del menor, además de explicar que tuvieron que “luchar mucho” por tener un tutor personal para el niño, conseguir un nuevo instituto y continuar el curso académico.
"Fuimos a denunciar y había dos mossos muy interesados en el casom pero uno de ellos nos dijo que lo debía investigar la Fiscalía de menores por un caso de agresión entre compañeros. Mi hijo tuvo la ansiedad disparada y le recetaron hasta 6 pastillas. Tuvimos que ir al hospital para que se recuperase del post trauma".
"La Fiscalía dice que la escuela no es la máxima responsable. Los 4 chicos son investigados y los otros 7 no han sido involucrados por no ser considerados cómplices. Nuestro abogado dice que en ese instituto ha habido más casos de bullying. No queremos dinero, queremos justicia. No sabemos cómo en esta escuela religiosa no lo han vigilado a la hora del patio, o al menos a él por ser especialmente vulnerable".
La madre del niño que presuntamente fue acosado termina la carta explicando que, según ella, "en esta sociedad los niños con Asperger tienen que ir a las escuelas ordinarias a secundaria y muchos de ellos sufren acoso escolar, un monstruo que está creciendo cada vez más y las instituciones las tapan escondiendo pruebas y con indemnizaciones".
"Nosotros queremos justicia y como vemos que esta no funciona (...) esperamos que al menos nuestro hijo se recupere y vea que si la justicia no le da apoyo, que sus padres han hecho todo lo posible para hacer que los hechos que pasaron no pasen desapercibidos", añade la mujer en esta declaración de auxilio, que concluyó con un “Gracias por escucharnos”. El Ayuntamiento de la localidad ha condenado cualquier tipo de violencia y agresión.