En cuestión de gafas de sol, mejor dos que una. Esta teoría no se debe sólo a una pura cuestión de coquetería, es porque no se deben usar las mismas en la nieve, en la playa, para conducir o para pasear. Hay que establecer una diferencia entre luz y rayos ultravioletas. La absorción lumínica se mide en categorías de 0 a 4, en función de la cantidad de luz que deja pasar la lente y es independiente de la protección frente a los rayos ultravioletas que siempre debe ser del 100%, con independencia de lo claros u oscuros que sean los cristales.
Los beneficios de usar gafas de sol y peligros de elegirlas mal
El de las gafas de sol no es un tema para tomar a broma, pues es tan perjudicial no usarlas como hacerlo mal. Un ojo expuesto a las radiaciones ultravioletas puede sufrir daños que van desde quemaduras a inflamación de la córnea y la conjuntiva e incluso provocar cataratas y carcinomas. Es importante elegir el tamaño adecuado para que no sólo protejan el ojo, también los alrededores y, por supuesto, que estén homologadas. Una pantalla oscura hará que se dilate la pupila para poder ver mejor, y si la lente no proteje de los rayos UV (no es posible saberlo en caso de no estar homologadas), entrará más radiación en el ojo que si no las llevas puestas.
En cuanto a los niños, es conveniente que usen gafas de sol hasta los 6 años, edad aproximada en la que ya se ha formado totalmente el cristalino. También se recomienda su uso a quienes padecen alergia al polen, ya que evitan la irritación de la conjuntiva y mejoran la fotofobia.
Desciframos la etiqueta de las gafas de sol homologadas
Antes de decidirte por unas gafas de sol, los optometristas recomiendan mirar detenidamente las etiquetas. La pegatina que suelen tener en una de las lentes indica cuatro cosas: si están homologadas por la Unión Europea, la normativa de referencia, la categoría de filtro lumínico y la protección contra los rayos ultravioleta. Además, debe aparecer en una de las patillas la indicación “CE”, el fabricante o distribuidor y el modelo de gafa. Esto es lo mínimo, pues como información adicional la etiqueta debería incluir instrucciones sobre su limpieza y advertencias de uso.
Sorpresa, sorpresa: ¿Para qué se usan las gafas con poco filtro lumínico?
La protección contra los rayos ultravioleta no depende de la oscuridad de las lentes, debe ser del 100% en cualquier caso, el filtro lumínico sí está relacionado con ella y se refiere a la capacidad de las lentes para dejar pasar la luz solar. Existen cinco categorías que van numeradas de 0 a 4.
Las de categoría 0, de cristales amarillos o naranjas, absorben como máximo un 19% de luz, por lo que sólo son aptas para interior o días muy nublados, pero como mejoran la calidad de la visión en largas distancias se recomiendan para conducir de noche y también con niebla. Las gafas de categoría 1 son ligeramente coloreadas, tienen un margen de absorción de luz de entre el 20 y el 56% y pueden ser usadas en la ciudad cuando la luz solar es suave.
Marrón y verde: colores interesantes entre las de categorías medias
Siguiendo con la protección lumínica. Las gafas de categoría 2 absorben del 57 al 81% de la luz y son aptas para usar en las condiciones de luz solar media de otoño e invierno. El tinte de la categoría 3 es capaz de bloquear hasta el 92% de luz, por lo que es perfecto para situaciones de alta luminosidad, especialmente recomendadas para los días de primavera y verano. En cuanto al color, dos curiosidades: de los tonos claros el naranja y de los oscuros el marrón, están especialmente indicados para los miopes y el verde para los hipermétropes. Pero en general los verdes, marrones y grises son los que menos modifican la percepción del color.
¿Para qué sirven las gafas de espejo y las polarizadas?
Finalmente, las gafas de categoría 4 al ser capaces de absorber hasta el 99% de luz, están indicadas para evitar una luminosidad solar extrema, especialmente cuando entran en juego superficies como la nieve o el agua con las que se duplica su intensidad. Estas gafas tan oscuras nunca se deben usar para conducir porque podrían distorsionar la visión de las señales.
Para el exceso de luminosidad lo mejor es elegir gafas de lentes polarizadas, que bloquean los reflejos y proporcionan una visión más nítida. También reducen la fatiga por lo que, salvo las de categoría 4, también se recomiendan para conducir de día siempre que sean de calidad. Otra posibilidad con efecto similar con los reflejos de luz es elegir unos cristales con superficie espejada, que se puede añadir a cualquier tipo de lente, ya sea mineral -se rayan poco pero son sensibles a los golpes- u orgánica -ligeras y resistentes a los golpes-.
Ideas generales para dar con tus gafas según la forma de tu cara
Como concepto global se puede decir que las gafas redondas potencian las redondeces y suavizan los ángulos, por eso favorecen a quienes tienen el rostro en forma de corazón y cuadrado. Las geométricas y angulosas suavizan los rostros redondos, favorecen a los alargados y acentúan los ángulos de una cara cuadrada, por eso a éstas no les van bien. Las ovaladas alargan las facciones y por eso se recomiendan para rostros rectangulares y cuadrados. Pero como nada en cuestión de estilo es pura matemática, lo mejor es probar y probar hasta encontrar.