Son fotógrafos minuteros, un oficio centenario el de la instantánea artesanal, que intenta sobrevivir en la era digital. Unos 40 de estos artistas de la fotografía aún se instalan con sus cámaras de principios del siglo XX en calles y plazas de distintas ciudades del país, ofreciendo al viandante una experiencia mágica, el mismo retrato que se hacían nuestros ancestros.
Recientemente asociados, los minuteros piden a los ayuntamientos permisos para ejercer un oficio en peligro de extinción y evitar así el fin de una forma única de quedar retratados como a la vieja usanza.