El chico tiene 11 años. Vive en Murcia. Y él no lo sabe pero su maestra está muy preocupada por él, porque falta mucho a clase, y a veces se duerme. Su maestra es famosa -al menos en redes sociales- y más de 20.000 personas han leído su historia en dos días. "Que no es única", le cuenta a NIUS Maestra Enfurecida, el pseudónimo de una docente que un buen día de marzo de 2018 no pudo más y estalló en redes sociales. Desde entonces cuenta sus aventuras y desventuras en el colegio en Twitter.
Jorge, nombre inventado del alumno para preservar su intimidad, vive a dos calles del colegio. Así que va solo, caminando, hasta su clase. Pero no va todos los días. "Su madre trabaja en almacenes de fruta. De su padre no sé nada, nunca lo he visto y no sé siquiera si vive en su casa porque nunca habla de él", cuenta su maestra.
"Por si no conocéis el sector esto significa que cuando llega la temporada de alguna fruta pueden echar cada día de 12 a 15 horas en horarios según le venga bien al jefe. En esas épocas el negocio está en funcionamiento durante las 24 horas y si te han dicho que te ibas a las 8 y llega un camión, ahí que te quedas hasta que se cargue, así que de planes, nada", ha contado la maestra. "La madre confía en que el crío puede ir solo al cole, pero a veces se escaquea y no viene. Si le toca trabajar por la noche el crío a veces viene que se duerme, porque probablemente ha estado jugando a la consola hasta las mil", ha relatado.
"Esto pasa continuamente en muchos coles", se lamenta la maestra en conversación con NIUS. De hecho, no es el primer alumno del que tiene que preocuparse. "Tuve tres hermanos cuyos dos padres trabajaban en almacenes de fruta. La madre llegaba a casa sobre las 10 y el padre sobre las 12 de la noche", recuerda, añadiendo que esos niños sacaban muy buenas notas, pero que es realmente duro comprobar lo solos que están muchos niños "por un sueldo de 1000€ cada padre. Desde las 7 hasta las 10 de la noche".
Esta maestra recuerda un caso especialmente duro. El de una niña que estuvo en un centro de menores porque la policía no localizó a su madre, que estaba trabajando y sin móvil. En Twitter lo ha contado así:
En NIUS la maestra da más detalles: "Era una niña nacida en España de padres extranjeros. El padre había vuelto a su país y aquí ellas no tenían red social. La madre trabajaba en un almacén de fruta. Un grupo de niñas se metió en un lío y la policía fue en busca de sus padres".
Y aquí fue donde empezó el calvario de esta menor, porque "a las demás niñas no les pasó nada. Tenían sus familias, llevaron su seguimiento y poco más pero a la madre de esta chica no la pudieron localizar. La madre llegó muy tarde por la noche y vieron que realmente la niña pasaba sola todos los días. Lo hacía todo en la casa y que no tenía a nadie a quien recurrir si le pasaba algo. Así que estuvo en un centro hasta que la madre pudo conseguir otro trabajo que le permitiera cuidar de la niña".
La madre, desesperada, tardó un año en que le devolvieran a su hija. Y no pudo más. "Al final de ese curso a la niña, que no había conocido otra cosa que España, la mandó al país donde estaba el padre, con él", se lamenta la maestra. "Entre lágrimas, me dijo que no podía subsistir echando menos horas y que veía que los servicios sociales se la iban a quitar otra vez", explica.
En 2017 la ONG Educo realizó un balance sobre el impacto de la crisis en los niños, y constató que la bajada del poder adquisitivo de las familias había obligado a muchos padres y madres a pluriemplearse para poder mantener a la familia. Como resultado, 580.000 niños de entre 6 y 13 años se quedaban solos en vacaciones.
En ese momento, la ONG calculó que existían en España 400.000 niños llave: niños que van solos al colegio y pasan el día sin sus padres. La cifra representaba un 11% del total de los menores de 6 a 13 años españoles.
En España las cifras de absentismo escolar doblan a las de la media de los países de la OCDE: aquí es del 28%. Casi tres de cada diez alumnos faltan un día o más a clase sin justificar sus ausencias, una cifra que dobla a la que se registra en países de la OCDE, donde alcanza el 15%. Son datos de un estudio de investigadoras de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
El trabajo añade que la tasa de absentismo escolar es una de las claves para evaluar la calidad del sistema educativo y, al respecto concluye que, en España, el índice de población que nunca falta al colegio es de poco más del 70%, muy por debajo de la media internacional del 85%.
En el caso del abandono escolar temprano en España (jóvenes entre 18-24 años que no están escolarizados), las autoras indican que se coloca en casi un 22%, frente al 29,9 de hace unos años, el doble que la media comunitaria (11,1%), por lo que se sitúa muy lejos de las recomendaciones de la Unión Europea, que colocan este índice en un 15%.