"Desde luego lo siento mucho, y me quiero disculpar con todos los involucrados". Fabio no ha convencido a nadie y ha tenido que escuchar una sentencia que le condena a 10 años de prisión, nueve por intento de homicidio (intentó acabar con la vida de su expareja en un coche con un cutter) y uno por daños al conductor de autobús que salvó de vida a la joven. Ahora, Fabio no podrá acercarse a esa joven, a la que quiso matar porque o estaba con él o con nadie, en 13 años y tendrá que pagarle 43.000 euros de indemnización y otros 10.000 por las secuelas.
Ni las excusas, ni las disculpas han servido a Fabio para librarse de la cárcel. Intentó matar a su ex novia cuando acababan de romper su relación. Cuando ella fue a recoger sus cosas.
Recordar la historia duele. El hombre intentó degollar a su expareja con un cúter. Ella quedó malherida. Lo que en principio fue un ofrecimiento para ayudarla con las bolsas se convirtió en un plan para matarla. La secuestró en su coche, pero tras unos minutos, ella trató de escapar y él comenzó a agredirla. "Si no estás conmigo no vas a estar con nadie", le dijo mientras le cortaba el cuello. Por suerte, la vio un conductor de autobús, Manuel, que se lanzó a ayudarla. Él aseguraba en el juicio que estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas y que no recordaba la agresión.
Ese día, el 6 de mayo de 2019 el héroe fue Manuel, conductor de la línea 53, que salvó la vida in extremis en el barrio de Miralbueno de Zaragoza a la mujer, que con la voz entrecortada y emocionada ha recordado el día en el que pudo perder la vida a manos de un Fabio encolerizado porque no quería volver con él. "Al quitarme el cinturón y abrir la puerta del coche para intentar huir, me cogió del pelo, puso mi cabeza sobre sus piernas y empezó a cortarme el cuello", confesaba la joven en el juicio.
"Empujé la puerta con las piernas y empecé a patalear a ver si alguien me veía. Con la mano izquierda también conseguí tocar el claxon”, recordaba la chica. Y lo cierto es que este acto reflejó podría haberle evitado la muerte, ya que el conductor del autobús vio que algo extraño estaba pasando, detuvo el autocar y acudió presto al rescate. “Desde el puesto del conductor no podía ver lo que ocurría dentro del coche que estaba parado en doble fila. Llegué a pensar que a alguien le estaba dando un ataque epiléptico. Pero al plantarme allí me encontré con un hombre rebanándole el cuello a una chica”, recordaba el conductor. “Lo primero que se me ocurrió fue agarrarla de los tobillos y tirar fuerte hacia fuera. Y así conseguí sacarla a la calle”, ha añadido. Pero ni siquiera entonces el agresor decidió parar. Porque como ha explicado la víctima, en el momento en el que la rescataban, su expareja siguió clavándole el cúter en la espalda.
Afortunadamente, ayudado por otro conductor y varios transeúntes, el chófer de la línea 53 logró inmovilizar al agresor hasta que llegó la Policía. “Creo que alguien le pisó la mano, porque no había forma de que soltara el cúter”, ha relatado el testigo. “Fue una situación muy angustiosa porque él me pedía que lo matara y ella no dejaba de repetir que se moría”. Por suerte, una enfermera que pasaba por allí prestó una primera asistencia a la chica y logró taponarle las heridas hasta que llegó la ambulancia.
Durante su declaración, Fabio Colón aseguraba que nunca ha sido una persona violenta. “Y nunca tuve voluntad de matar a Raquel ni a nadie. Sé que no es una excusa, pero yo no era consciente de lo que hacía. Y visto lo visto, voy a poner remedio para que jamás se repita algo así. Pido disculpas a todos los involucrados”.
La relación sentimental entre acusado y víctima duró dos años y medio. Nunca llegaron a convivir, pero sí pasaban mucho tiempo en casa de Fabio, una persona obsesiva que siempre quiere lograr lo que desea. Y cuando ella decidió cortar, no lo asumió. No era la primera vez que Fabio se había comportado de forma violenta con ella. Y no la mató, porque Manuel, el conductor de autobús, se convirtió en héroe ese 6 de mayo de 2019. Fabio estará diez años en prisión. Sus excusas no han convencido a nadie. El testimonio de la mujer entre llantos y del héroe que la salvó, si.