24 horas lleva la pequeña ingresada en este hospital mallorquín. Ya está fuera de peligro después de que, anoche, un helicóptero la trasladara en estado grave desde Ibiza. Allí pasaba las vacaciones con su familia, de nacionalidad rusa, y según cuenta la madre, estaban en un parque cuando vio que a su hija le salía espuma naranja por la boca. Se había tragado de forma accidental una pastilla de éxtasis. Una droga dura que puede provocar hasta la muerte en una niña de apenas tres años.
No es la primera vez que ocurre algo así, en septiembre del 2017, un niño de dos años ingresó en un hospital sevillano intoxicado con cocaína. Unos días antes, en Valencia, un bebé de sólo un mes sufrió daños cerebrales por culpa de esa misma sustancia. En ambos casos, los padres fueron detenidos.