A pesar de las impresionantes imágenes y de que no queda nada de la embarcación solo hay siete heridos. Ha ocurrido en Indonesia cuando el capitán ha encendido los motores, mientras repostaba. Eso y que la carga que transportaba bidones de gas hicieron el resto.
Se ve a los tripulantes lanzarse al agua o correr para librarse de la onda expansiva y de las llamas tras la deflagración. Para sofocar el incendio, cogen extintores e intentan evitar que la embarcación se hunda, pero lo inevitable ocurrió.
En pocos minutos se fue al fondo y apenas quedaron rastros de que alguna vez existió un barco fondeado.