Precisamente este evento, abierto a toda la comunidad educativa, ha puesto el foco en la educación sexual. El sociólogo y presidente de la Fundación Iniciativa Social, Hilario Saéz Méndez ha hablado del "fenómeno de las manadas". "Las nuevas manifestaciones de violencia machista beben del porno, no es casualidad que la mayoría de prácticas de este tipo se lleven a cabo en grupo y sean habituales en la pornografía", ha señalado.
También ha querido recordar que, a pesar de que "la cultura de la violación ha existido desde siempre", es cierto que en el presente "existen nuevas manifestaciones de violencia machista que tienen que ver con una especie de reacción de algunos sectores jóvenes que han convertido el sexo depredador y la cacería nocturna en parte de su ocio".
Asimismo, Hilario Sáez ha incidido en el componente "profundamente político" que se esconde detrás de las manifestaciones de violencia sexual. En este sentido, considera que, por desgracia, "existe una cierta componente de advertencia hacia las mujeres. Parece que por el hecho de empezar a liberarse se las alecciona con que pueden verse sometidas a situaciones de extrema violencia, como un precio a pagar".
Por su parte, el profesor de Sociología de la Universidade de Santiago de Compostela Jorge García Marín ha utilizado "la prostitución como una ejemplificación performática de lo que significa ejercer el rol de las masculinidades tradicionales". El docente se ha centrado en los "residuos que la masculinidad hegemónica ha dejado a la hora de mantener el trato hacia la mujer como un objeto".
Una de las dificultades que se han encontrado hasta ahora es el hecho de que la violencia sexual no estaba contemplada dentro de la ley. Sin embargo, el ponente Jorge García ha recordado que "toda violencia sexual es una manifestación de violencia machista".
Como una de las principales causas que conducen a la violencia sexual, ha apuntado a "la violenta socialización de los jóvenes" que puede observarse en "las letras de las canciones en las que la mujer se ve como un objeto sexual o en los videojuegos con temáticas centradas en la humillación de la mujer".
Ha defendido que, a pesar de que "existe un gran número de hombres que ya han sido socializados en base a este esquema clásico", es muy importante centrarse "en las nuevas generaciones, en aportarles modelos de masculinidad diferentes y en que aprendan a relacionarse de un modo ético y respetuoso con otros hombres y mujeres".
En la misma línea se ha manifestado la investigadora predoctoral de la Universidade de Vigo, Rosana Martínez Román. Precisamente, una de las conclusiones de su Trabajo de Fin de Máster 'Acoso Sexual y por razón de sexo en el ámbito académico' ha sido la identificación de "una falta de educación sexual en el ámbito académico, tanto a nivel de educación secundaria obligatoria como en el ámbito universitario".
"Necesitamos que a las nuevas generaciones, sin olvidarnos de nosotros, se nos eduque en base a una educación sexual afectiva para que podamos relacionarnos de un modo sano con diferentes grupos de iguales", ha comentado.
Su investigación, realizada en el curso 2016-2017, se basó en un estudio llevado a cabo en la Facultad de Ciencias de la Educación para detectar posibles situaciones de acoso o agresión sexual sufridas por el alumnado. De las conclusiones ha extraído, "un alarmante número de 134 mujeres, de los 160 hombres y mujeres encuestados, que coincidieron en señalar que habían sufrido acoso sexual".
Al mismo tiempo, a lo largo de la investigación ha analizado el "gran estigma que sufren las mujeres, que se sienten culpables de la situación que vivieron y tienen miedo de alzar la voz y decir que son víctimas de violencia de género".
El acto ha estado presidido por la secretaria xeral da Igualdade, Susana López Abella, acompañada por la delegada territorial de la Xunta en Ourense, Marisol Díaz Mouteira; la decana de la Universidade de Vigo Marta Fernández Prieto; y la directora de la Unidad de Igualdad de la Universidade de Vigo, Águeda Gómez.
Preguntada por los recientes asesinatos machistas de mujeres de Sober (Lugo) y Valga (Pontevedra), Susana López Abella ha insistido nuevamente en la importancia de denunciar este tipo de situaciones.
"En ninguno de estos casos se conocían denuncias previas ni se tenía ningún tipo de indicio a simple vista que hiciera prever una atrocidad similar", ha manifestado. Además, ha incidido en la necesidad de dar a conocer que hay "recursos, como el 016 que puede ser la primera puerta de ayuda, pero además también los centros de formación o la atención psicológica, a los que pueden acceder las mujeres que lo necesiten".